“La gente me juzga por los tatuajes, pero cambié mi vida”, señala Helen Villate, de 22 años, originaria de Hayward. “Haberme quitado los tatuajes es muy importante para mí; significa que estoy cumpliendo mi meta”.
Villate es una de los cientos de personas del Este de la Bahía que se han beneficiado del Proyecto New Start de Kaiser Permanente, un servicio gratuito en el que médicos remueven los tatuajes de pandillas y prisión a la gente que ha cambiado su vida.