Educación

Estudiantes mejoran habilidades de lenguaje y liderazgo mediante un programa de historias

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14 January 2012 Visión Hispana Print Email
 

“El antiguo arte de la narración de historias prepara a los estudiantes para el éxito a futuro de un modo poderoso”; señaló Greacian Goeke, Directora de Programas de Storybridge. “Las historias proporcionan material irresistible, así los estudiantes trabajan arduamente para practicar sus habilidades auditivas y comunicativas. Cuando los atrapa una historia hay un sentido de anticipación y diversión, que son ingredientes esenciales del proceso de aprendizaje”.

Creating your own legacy

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19 November 2011 elena Print Email

Earlier this month, the Hispanic Chamber of Commerce of Contra Costa County (H5C) presented the 11th annual ‘Narrowing the Gap’ education conference. With a theme of ‘Create your own legacy’, the conference aimed to encourage Latino students to stay in school, learn about college, and network with local business professionals.  

“In my experience, the key to attending college is making the decision to attend college under any personal obstacles or difficult circumstances…the key to success is pursuing a higher education or a skilled trade, networking along the way and having a passion in what you do” said Eric Maldonado, H5C President.

Creando su propio legado

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19 November 2011 elena Print Email
 
A principios de este mes, la Cámara de Comercio Hispana del Condado de Contra Costa (H5C) presentó la 11ª conferencia anual sobre educación ‘Acortando la Brecha’. Con el tema ‘Crea tu propio legado’, el propósito de la conferencia es alentar a los estudiantes latinos a permanecer en la escuela, informarse sobre la universidad y hacer contacto con profesionales de empresas locales.
 
“En mi experiencia, la clave para asistir a la universidad es tomar la decisión de ir a la universidad a pesar de cualquier obstáculo personal o circunstancia difícil… la clave para tener éxito es perseguir una educación superior o un oficio calificado, hacer contactos en el camino y hacer lo que uno hace con pasión”, señaló Eric Maldonado, Presidente de la H5C.

El rendimiento de quienes están aprendiendo inglés está basado en una mezcla de factores

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29 October 2011 Sarah Garland, California Watch Print Email



Métodos de enseñanza, demografía de las escuelas, participación de los padres determinan el éxito o el fracaso
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El fin del día escolar en la clase de kindergarten de Patty Sánchez en la Escuela Primaria Geddes no es tan diferente al de otras clases de kindergarten de todo el estado. Los niños se reúnen en una alfombra mientras Sánchez lee en voz alta un libro sobre un coyote y una tortuga.  

Lo que es diferente es que Sánchez está leyendo en español.

Casi todos los niños de la clase son hispanos, y muchos son estudiantes del idioma inglés. Se espera que los pocos que son nuevos en el español sigan el cuento también y respondan en español las preguntas de Sánchez.

A la mitad del cuento, le pregunta a un niño, cuyo idioma nativo es inglés, “¿Por qué está llorando la tortuga?” y hace callar a los niños que se sientan cerca que intentan susurrarle pistas.
Cuando al niño se le hace difícil responder, la maestra le da una pista: Is the turtle triste – sad – or feliz – happy?

Finalmente lo logra. “¡Triste!” dice.

La escena resalta un debate continuo en California: más de una década después de que los votantes aprobaran una iniciativa para limitar la educación bilingüe en las escuelas públicas, el estado está utilizando una mezcolanza de programas. Mientras tanto, los críticos compiten y los pequeños estudiantes pagan el precio.

Los educadores no pueden ponerse de acuerdo sobre la mejor forma de enseñar inglés a los estudiantes cuya lengua nativa no es el inglés. El éxito es anecdótico. Los estudios parecen contradecirse. Mientras tanto, el porcentaje de estudiantes de inglés de California que alcanzan el nivel de competencia en inglés de cuarto grado cayó según una prueba nacional.

El programa bilingüe de Geddes, donde los niños aprenden en español durante el 90% del día hasta tercer grado, es algo relativamente poco frecuente en California en estos días. Desde 1998, cuando los votantes aprobaron la propuesta 227 y se limitó el uso de la educación bilingüe, la cantidad de estudiantes del idioma inglés que aprenden en su idioma materno descendió a la mitad.

Al mismo tiempo, la cantidad de estudiantes de inglés aumentó a unos 1.5 millones, casi una cuarta parte de la población estudiantil de California. Casi 85% de ellos habla español.

Quienes plantearon la propuesta 227 afirman que los programas de inmersión en inglés son esenciales para que los estudiantes aprendan el idioma tan pronto como sea posible y destacan una mejora del desempeño académico de los estudiantes de inglés en las pruebas estatales una vez que se aprobó la ley. Casi un tercio de los estudiantes de inglés obtuvo resultados a un nivel de competencia o superior en las pruebas estatales de cuarto grado del año pasado, más del doble del porcentaje de estudiantes con un nivel de competencia en 2003.

“Todos los partidarios de la educación bilingüe dijeron que sería un desastre total cuando se aprobara”, indicó Ron Unz, que lideró la movilización por la Propuesta 227. “Después de que se aprobó la iniciativa, hubo mucha resistencia. Pero en un par de años las pruebas salieron a la luz. Todos cambiaron de opinión”.

Pero en la sección de lectura de la Evaluación Nacional del Progreso Educativo, la brecha entre los estudiantes de inglés y quienes son nativos del idioma todavía no se ha modificado. Solo 4% de los estudiantes de inglés de California obtuvieron al menos un nivel de competencia en lectura de cuarto grado en 2009 en la prueba nacional, un porcentaje un poco menor que en 2003, cuando se registró un 6%.

La falta de progreso en los grados inferiores se va trasladando a los grados superiores: más de la mitad de los estudiantes de inglés en las escuelas preparatorias de California son “estudiantes de inglés de largo plazo”, lo que indica que han estado en escuelas públicas durante seis años sin aprender inglés, según un informe de 2010 realizado por Californians Together, un grupo de defensoría sin fines de lucro.

La educación bilingüe en California nunca funcionó, dijo Linda Espinosa, ex directora de una escuela bilingüe de California e investigadora de la Universidad de Missouri-Columbia que ahora trabaja como asesora del Departamento de Educación de California. “Los niños nunca alcanzaron la competencia en inglés y tendían a perder el idioma que se hablaba en el hogar”, señaló.
Pero el sistema de inmersión en inglés tampoco está funcionando, dijo.

Algunos estudiantes aún aprenden en entornos bilingües donde se hace una transición gradual desde el idioma del hogar al inglés, mientras que otros se ven inmersos en el inglés de forma inmediata, generalmente con la ayuda de programas especializados que los ayudan a aprender el idioma.

Pocas escuelas viraron su rumbo alejándose de ambos enfoques y adoptaron programas en dos idiomas, en los que la mitad de los estudiantes son nativos del idioma inglés y la otra mitad nativos del español.

“Cuando se los coloca en situaciones totalmente en inglés, eso realmente retrasa su crecimiento académico”, afirmó Maria Quezada, directora ejecutiva de la Asociación de California para la Educación Bilingüe. “Se pierde esa valiosa conexión con la familia y se los pone en desventaja cuando no pueden participar tan fácilmente”.

El éxito del programa bilingüe

La Escuela Primaria Geddes, que hace siete años adoptó un programa de educación en dos idiomas, es el tipo de escuela que los defensores de los programas bilingües utilizarían para impulsar su causa. En esta escuela que se ubica en un suburbio de Los Ángeles, la mayoría de los estudiantes provienen de hogares con bajos ingresos, son hispanos y estudiantes de inglés, y sus características tienden a vincularse con un bajo desempeño académico.

Sin embargo, más del 60% de los estudiantes de tercer grado obtuvieron un nivel de competencia o avanzado en las pruebas estatales de lengua y literatura en inglés el año pasado. Este porcentaje es mayor que el promedio estatal de los estudiantes que solo hablan inglés, lo que significa que estos estudiantes cerraron la brecha en una prueba en inglés después de haber recibido la mayor parte de su educación en español.

Patricia Gandara, psicóloga escolar de UCLA, dijo que con frecuencia los estudiantes de programas bilingües asisten a escuelas con mayor concentración de pobreza, lo que se vincula con peores resultados en las pruebas. También indicó que los programas de educación bilingües han tenido dificultades debido a la reducción de la cantidad de educadores bilingües calificados en California. En 2006, había 556 docentes certificados para enseñar educación bilingüe, en comparación con los 440 docentes certificados el año pasado.

Los investigadores afirman que aprender a leer en inglés es más fácil para los niños que ingresan a la escuela como buenos lectores en su idioma materno.

“A los niños que tienen niveles bajos de lectura inicial en el idioma del hogar, tenemos que ayudarlos. No se transfiere de forma automática”, dijo Espinosa, la asesora del Departamento de Educación. “Esta es la enorme tarea de la educación”.

Aumentar la participación de los padres inmigrantes en la educación de sus hijos, particularmente en la fase inicial, también es importante, afirman los líderes escolares y los expertos. Para los padres que no hablan inglés y tienen un nivel bajo de educación, ayudar a sus hijos con las tareas y apoyarlos puede ser complicado. Pero Gandara afirma que conectar la vida familiar del niño con la escuela es la clave del éxito.

“En la educación bilingüe lo más importante, para mí, es tener maestros en el salón de clase que puedan comunicarse con los padres y hacer que los ayuden”, señaló Gandara. “Los docentes que pueden hablar con los padres pueden ganarse su confianza; no contamos con eso en toda California”.

Algunos educadores aseguran que la pelea sobre el idioma de instrucción en realidad es una distracción del verdadero dilema: cuál es la mejor forma de educar a los estudiantes de inglés de California.

“Se pone mucha energía en la educación bilingüe o monolingüe, en vez de ver qué vamos a hacer para implementar el mejor programa, sin importar qué tipo de programa sea”, indicó Norm Gold, un ex asesor del Departamento de Educación de California.

La Escuela Primaria Manzanita SEED en Oakland es otra escuela bilingüe que cerró la brecha en el desempeño. El año pasado, fue una de las dos escuelas de California que recibieron un reconocimiento federal como Escuela Destacada del Título I por sus altos resultados en las pruebas.

La directora de Manzanita, Katherine Carter, ayudó a abrir la escuela en 2005. En la pared de su oficina, tiene fotografías de todos los estudiantes de la escuela clasificados por sus resultados en las pruebas. La escuela también implementó un modelo de aprendizaje expedicionario en el que los estudiantes realizan proyectos importantes como parte del plan de estudios y se enfatizan las normas académicas.

Los investigadores afirman que lo que más importa es si las escuelas utilizan la información y si hacen un seguimiento del desempeño de los estudiantes de forma continua, si el plan de estudios es riguroso y si los docentes están capacitados para ayudar a los estudiantes de inglés a conectar su aprendizaje con lo que ya saben en su propio idioma.

Vencer las dificultades

En un puñado de escuelas de todo el estado donde se enseña únicamente en inglés, los estudiantes con conocimientos limitados de inglés han demostrado que pueden vencer las dificultades, sin importar el idioma de enseñanza. Rocketship Education, una cadena de escuelas por convenio en San José, utilizó la tecnología y los horarios en bloque para mejorar los puntajes de los estudiantes de inglés hasta un nivel muy superior al promedio estatal. Think College Now, una escuela en Oakland, y la Escuela Primaria Baldwin, en el Valle de San Gabriel, son escuelas con educación únicamente en inglés que mejoraron sus resultados al enfocarse intensamente en las normas básicas estatales.

Los maestros de Think College Now invitan a los padres a las clases de sus hijos todas las mañanas durante media hora para leer con los niños en el idioma en que se sientan cómodos.

María Bibiano, una madre y ama de casa de Acapulco, México, asiste todos los días a leer libros en español con su hija menor, que se encuentra en kindergarten. “Antes no leía con ellos. No me daba cuenta que debía ayudarlos a que lean”, dijo. “Hay una diferencia. Ella lee mucho más que mis otros hijos a su edad”.

La educación bilingüe “no fue la píldora mágica”, afirmó Gold, el antiguo funcionario de California. “No fue la panacea que algunos defensores afirmaban que era. Pero ciertamente tampoco fue la maldición que muchos opositores dijeron”.

Performance of English learners based on mix of factors

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29 October 2011 Sarah Garland, California Watch Print Email


Teaching methods, school demographics, parental involvement determine success or failure ---  

The end of the school day in Patty Sanchez’s kindergarten class at Geddes Elementary School is not so different from other kindergarten classes around the state. Children gather on a rug as Sanchez holds up a storybook about a coyote and a turtle and reads out loud.

What’s different is that Sanchez is reading in Spanish.

Nearly all of the children in the room are Hispanic, and many are English-language learners. The few who are new to Spanish are expected to follow along with the story, too, and respond in Spanish to Sanchez’s questions.

Halfway through the story, she asks one little boy, a native English speaker, “¿Por qué está llorando la tortuga?” and quiets the children sitting nearby who try to whisper hints.

When he struggles with an answer, she gives him a prompt: Is the turtle triste – sad – or feliz – happy?

Finally, he gets it. “Triste!” he says.

The scene highlights a continuing California debate: More than a decade after voters approved an initiative to limit bilingual education in public schools, the state is using a hodgepodge of programs. Meanwhile, critics contend, young students pay the price.

Educators cannot agree on the best way to teach English to non-native speakers. Success is anecdotal. Studies appear to contradict each other. Meanwhile, the percentage of California English learners who are proficient in fourth-grade English has dropped on a national test.

The dual-language program at Geddes, where children are taught in Spanish 90 percent of the day until third grade, is a relative rarity in California these days. Since 1998, when voters passed Proposition 227, limiting the use of bilingual education, the number of English learners being taught in their primary language has dropped by half.

At the same time, the number of English learners has grown to about 1.5 million – about a quarter of California’s student population. Nearly 85 percent of them are Spanish speakers.

Proponents of Prop. 227 say English immersion is essential to students learning the language as quickly as possible, pointing to increases in academic performance by English learners on state tests since the law passed. About a third of English learners scored proficient or above on the state tests in fourth grade last year, more than double the percentage who were proficient in 2003.

“All the supporters of bilingual education said it would be a total disaster when it passed,” said Ron Unz, who led the movement for Prop. 227. “After the initiative passed, there was a lot of resistance. But within a couple of years, the tests came out. Everyone switched around.”

Bilingual education in California never worked, said Linda Espinosa, a former principal in a bilingual school in California and a University of Missouri-Columbia researcher who now works as a consultant for the California Department of Education. “The children never became proficient in English, and they tended to lose their home language,” she said.

But the English immersion system is not working either, she said.

Some students still learn in bilingual settings, where they gradually transition from their home language to English, while most others are immersed in English right away, usually with the help of specialized programs that help them learn English.  A few schools have veered from both approaches and adopted dual-language programs, in which half the students are native English speakers and half are native Spanish speakers.

Patricia Gandara, an educational psychologist at UCLA, said students in bilingual programs often go to schools with higher concentrations of poverty, which is linked to lower test scores. She also said bilingual education programs have struggled because of a reduction in the number of qualified bilingual educators in California. In 2006, 556 teachers were certified to teach bilingual education, compared with 440 last year.

Increasing the involvement of immigrant parents in their children’s education, particularly early on, is also critical, school leaders and experts say. For parents who don’t speak English and have a low level of education themselves, helping with homework and advocating for their children can be difficult. But Gandara says connecting a child’s home life with school is the linchpin to success.

“The issue around bilingual instruction for me is, most importantly, having teachers in the classroom who can communicate with the parents and get parents to help them,” Gandara said. “Teachers who can talk to parents, can gain the trust of the parents – we don’t have that by and large in California.”

Manzanita SEED Elementary School in Oakland is another bilingual school that has closed the achievement gap. Last year, it was one of only two schools in California to receive federal recognition as a Title I Distinguished School for its high test scores.

Manzanita’s principal, Katherine Carter, helped open the school in 2005. On the wall of her office, she keeps a display with photos of every student in the school, categorized by their test scores. The school also has implemented an expeditionary learning model, in which students do major projects as a part of the curriculum and standards are emphasized.

Researchers confirm what these principals have found: There is no difference in educational quality or performance of English learners based on whether they were in a bilingual or an English-only setting.
Instead, researchers say what matters more is whether schools use data and track student performance on an ongoing basis, whether the curriculum is rigorous and whether teachers are trained to help English learners connect their learning with what they already know in their own language.

Beating the odds

At a handful of English-only schools across the state, limited-English students have shown they can beat the odds, no matter the language of instruction. Rocketship Education, a chain of charter schools in San Jose, has used technology and block scheduling to lift the scores of English learners far above the state average. Think College Now, a school in Oakland, and Baldwin Elementary School, in the San Gabriel Valley, are English-only schools that have raised test scores by focusing intensely on the state’s core standards.

Think College Now teachers invite parents into their children’s homerooms for a half-hour each morning to read to their children in whatever language with which they feel comfortable.

Maria Bibiano, a stay-at-home mother from Acapulco, Mexico, comes every day to read books in Spanish with her youngest daughter, who is in kindergarten. “Before, I didn’t read with them. I didn’t realize I should make them read,” she said. “There’s a difference. She can read more than my other children at this age.”

Bilingual education “wasn’t the magic pill,” said Gold, the former California official. “It wasn’t the panacea that some advocates said it was. But it certainly wasn’t the devil’s curse that a lot of the opponents said it was either.”

This story was produced as part of a collaboration between California Watch, part of the independent, nonprofit Center for Investigative Reporting, and The Hechinger Report, a nonprofit, nonpartisan education-news outlet affiliated with Teachers College, Columbia University.

Ley DREAM: Las universidades del Este de la Bahía esperan aumento en la matrícula

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29 October 2011 Visión Hispana Print Email

En octubre, el gobernador Brown firmó la AB 131, la segunda parte de la Ley DREAM en California, permitiendo así que los estudiantes que sean inmigrantes indocumentados soliciten apoyos financieros auspiciados por el estado para asistir a la universidad. De conformidad con la ley actual, los estudiantes indocumentados pagan colegiaturas como residentes si se graduaron de una preparatoria de California y declararon que están en vías de solicitar la legalización de su estatus migratorio. A partir del 1 de enero de 2013, dichos estudiantes serán elegibles para solicitar becas Cal Grant y otros apoyos públicos.