Gatilleros vistiendo uniformes policíacos falsos irrumpieron en un hogar en Phoenix, abrieron fuego y ejecutaron a un hombre.
Secuestradores armados sacaron a sus víctimas de coches e incluso de una plaza comercial local cruzando el valle de Phoenix para pedir rescate, convirtiendo la soleada ciudad en la “capital del secuestro” de los Estados Unidos.