En este mes, una editorial del Boletín de AARP repite la misma cantaleta escuchada casi todas las noches en los noticieros: Que actualmente existen 47 millones de estadounidenses sin seguro médico. La editorial AARP continúa argumentando que esta situación es deshonrosa, que todos los estadounidenses deberían tener “opciones costeables de seguro médico”, que en términos de reforma, “ahora es el momento para actuar”.
No sé ustedes, pero yo ya me estoy cansando del sonsonete de la frase “Latina sabia” (que puede que su objetivo sea el de inundarnos con ella: todos están a punto de decir “¡Es suficiente! ¡Ya la escuchamos!”), así que decidí analizar cómo se vería el multicitado discurso de Sonia Sotomayor en contexto. La cita fue mencionada en un simposio que se llevó a cabo en la Escuela de Leyes de Berkeley en el 2001, “Aumentando la Barra: La
– Sacando de sintonía la mala influencia de radio y TV –
Es triste admitir que hay violencia y abuso doméstico en la comunidad hispana. Tiene la misma tasa que otros grupos étnicos, sin embargo, es aún muy común y está muy escondida. La historia principal de esta edición es el reporte de una encuesta de los hispanos locales y sus creencias acerca de la violencia en la televisión y la radio y la manera en que nos afecta a todos. Por distintas razones, estoy muy contenta de ver que se realicen este tipo de
Washington, DC—Cuando un grupo de soldados irrumpen en una casa presidencial, se llevan al Presidente y lo ponen en un vuelo hacia el exilio, como sucedió en Honduras el domingo ante-pasado, está claro que se ha dado un “golpe”. Pero, a diferencia de la mayoría de los golpes en la tortuosa historia republicana de América Latina, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, carga con la mayor responsabilidad por su derrocamiento.
Miembro de la rancia oligarquía a la que ahora condena, Zelaya llegó al cargo en 2006 como líder de uno de los dos partidos de centroderecha que han