En este mes, una editorial del Boletín de AARP repite la misma cantaleta escuchada casi todas las noches en los noticieros: Que actualmente existen 47 millones de estadounidenses sin seguro médico. La editorial AARP continúa argumentando que esta situación es deshonrosa, que todos los estadounidenses deberían tener “opciones costeables de seguro médico”, que en términos de reforma, “ahora es el momento para actuar”.
La cifra de 47 millones de personas que no cuentan con seguro médico es generada por un informe anual de la Oficina de Censos de los Estados Unidos de América. Sin embargo, ese informe también declara que los 47 millones sin seguro médico incluyen aproximadamente 10 millones de inmigrantes indocumentados que no tienen seguro médico. Al restar estos 10 millones, la cifra de ciudadanos sin seguro médico se reduce en más de un 20 por ciento… hasta aproximadamente 37 millones. No obstante, ¿es correcto asumir incluso 37 millones? Absolutamente NO. Inclusive Hillary Clinton durante su campaña presidencial alguna vez admitió que 25% de las personas que no contaban con seguro médico podían costearlo pero decidieron no comprarlo. La Oficina de Censos informa que hay casi 17 millones de personas que ganan más de $50,000 al año y que, por alguna razón, deciden no comprar un seguro de gastos médicos.
En resumen, con dos ajustes razonables, el número de estadounidenses que no pueden costear un seguro médico se reduce de 47 millones a aproximadamente 20 millones. Pero de nuevo, ¿es la cifra de 20 millones razonablemente correcta? Probablemente no. Los individuos que cambian continuamente de trabajo pierden el seguro médico que es brindado por su empleador, y cuando lo hacen la Oficina de Censos los cuenta como “no asegurados”. Lo cual es técnicamente verdad. No obstante, durante periodos económicos normales, aproximadamente la mitad de estas personas readquirirá un seguro de gastos médicos con un nuevo empleador en cerca de cuatro meses.
Finalmente, existen millones de adultos y niños estadounidenses que cuentan con acceso casi gratuito a prestaciones médicas a través de Medicaid y otros programas gubernamentales que no realmente no necesitan el costo directo de un seguro médico.
Así que admitamos que hay entre 8 y 10 millones de estadounidenses (de una población total de 307 millones) que no pueden costear un seguro médico y que esta situación puede que requiera un ajuste mínimo en las políticas públicas. (La mayoría de los estados ordenan coberturas caras; si se restringen dichos mandatos el costo de los seguros médicos se reduciría). Pero independientemente de que esa situación requiera un enorme proyecto de reforma a la asistencia médica federal –con nuevos reglamentos y mandatos para los proveedores de atención médica, las compañías aseguradoras y fabricantes de medicamentos– ésta sería completamente problemática.
Dominick T. Armentano es un Investigador en The Independent Institute, Profesor Emérito de Economía en la Universidad de Hartford, y autor de Antitrust & Monopoly.