
Sin que a la vista se presente un fin de las tensiones financieras en Europa, los latinoamericanos están observando mientras que los que una vez fueran sus colonizadores luchan por mantener a raya el descontento popular sobre las medidas de desempleo y la austeridad. Muchos ven signos de un cambio histórico en la dinámica del poder transatlántico.
Algunos, en especial México y Brasil, ven oportunidades.
A principios de marzo, cientos de miles de portugueses marcharon desde Lisboa a la ciudad de Oporto en protesta a los presupuestos recortados.