Un impuesto con otro nombre sigue siendo un impuesto

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29 August 2009 Rick Gomez Print Email

Cuando se trata de impuestos en California, pareciera que nuestros funcionarios electos no tienen suficiente. Parece que cada vez que el presupuesto se queda corto, la reacción inmediata es aumentar los impuestos.

Los legisladores de Sacramento no son los únicos ocupados incrementando los impuestos. Aquí, en San Francisco, a pesar de que se afirma que el presupuesto no incluirá nuevos impuestos, el Alcalde y el Consejo de Supervisores están proponiendo ajustar el presupuesto a costa de los residentes de

ingresos bajos y las pequeñas empresas a través de una serie de “cuotas” nuevas que son simple y sencillamente impuestos a los que se les ha dado otro nombre.

Tomemos como ejemplo, la cuota para la eliminación de basura de cigarrillos aprobada recientemente por el Consejo de Supervisores. Se supone que la cuota --$0.20 centavos por cajetilla aplicados a los cigarrillos vendidos en la ciudad -- paga la limpieza de colillas de cigarrillo. Suena como una buena idea hasta que uno se da cuenta que: 

  1. Ya pagamos impuestos para que limpien nuestras calles;
  2. Existen leyes sobre el tema de la basura que aumentaría los ingresos al multar a aquellos que realmente tiran las colillas en las calles y banquetas; 
  3. La ciudad requerirá que los minoristas (la mayoría pequeñas empresas) colecten y reporten estos impuestos a una burocracia de reciente creación en la ciudad; y 
  4. Cuando le agregamos que se ha promulgado el reciente aumento al impuesto federal de $0.61 centavos y las tres propuestas de impuestos estatales al tabaco, el precio de una cajetilla de cigarrillos podría llegar a costar más de $10 dólares.

¿Qué vendrá después, un impuesto para las envolturas de comida rápida y las tazas de café? ¿En dónde termina? Dado el alarmante número de niños y jóvenes adultos que están desarrollando diabetes Tipo 2, un impuesto sobre refrescos y otros productos que contengan jarabe de maíz puede que no esté tan lejano. Y no olvidemos el alcohol. En una ciudad que en gran medida depende del turismo para equilibrar su presupuesto, ¿será buena idea continuar aumentando los impuestos a las empresas de esta industria? ¿La ciudad ha evaluado el impacto que las cuotas incrementadas para la atención de la salud, el alcohol y el tabaco tienen en la fuerza laboral del sector de servicio?

En una época en la que los líderes de la ciudad debaten importantes recortes a la seguridad pública y servicios sociales, creemos que es una mala idea crear más burocracia para colectar y administrar cuotas e impuestos nuevos.

Las grandes y pequeñas empresas son agobiadas por las cuotas locales e impuestos que hacen de San Francisco uno de los lugares más desafiantes para sobrevivir. El bienestar financiero de nuestra comunidad de empresas locales debería concernirnos a todos. Estas empresas son lo que hacen a esta ciudad única y lo que nos distingue de los suburbios clónicos que nos rodean. Además, brindan empleos y generan ingresos para un vasto número de servicios vitales para la ciudad.

Debería ser de nuestro interés el identificar derroches dentro del sistema de la ciudad y simplificar tareas o agrupar tareas similares para reducir los costos administrativos derivados de la producción de varias licencias y permisos requeridos por la comunidad empresarial.

Dejemos de pretender que estamos ajustando el presupuesto sin aumentar los impuestos. Dejemos de hacer de la comunidad empresarial el blanco de las cuotas. Es hora de que los líderes de la ciudad tengan un diálogo honesto con la comunidad empresarial sobre la manera en que podemos trabajar juntos para identificar derroches, eliminar el personal de la ciudad innecesario y reducir las necesidades presupuestarias.

Rick Gomez es Presidente de la Cámara de Comercio Hispana de San Francisco. La versión original de este artículo fue editada por razones de tamaño.