Un estímulo fracasado

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01 March 2008 Visión Hispana Print Email

Por William F. Shughart

Es un año de elecciones, así que no es sorprendente que los políticos estén en el mercado para comprar votos. El Congreso aprobó en los primeros días de Febrero un paquete de estímulo económico que supuestamente ayudará a prevenir la amenaza de una recesión en Estados Unidos. En cualquier parte excepto en Washington cualquiera puede pensar que poner dinero que ha sido ganado por la fuerza del trabajo en las bolsas de donde fue tomado

-el dinero- en primera instancia, significa dar un regalo a los contribuyentes.

 

Con un costo estimado de $168 billones en los dos próximos años, el proyecto proveé reembolsos hasta de $600 para cada individuo que pague impuestos y hasta $1,200 para parejas que presenten sus impuestos juntos. Además pagos adicionales de $300 por cada hijo. Los reembolsos no aplican para individuos dentro del ajuste de ingresos del 2007 de más de $75,000 y para parejas con ingresos de más de $150,000.

Para ser exactos, $168 bi-llones, de los cuales cerca de $152 billones serán inyectados a la economía este año, suena como una cantidad cuantiosa de dinero. Pero esa suma es trivial si la comparamos con los $3.1 trillones del presupuesto federal que el Presidente Bush ha presentado al Congreso -y es una simple gota de los casi $15 trillones del producto nacional bruto de EU.

Experiencias pasadas con reembolsos de impuestos (el último fue de $400 para individuos y $800 para parejas justo después del 11 de Septiembre) sugieren que la mayoría del dinero será usado para ahorros o para pagar deudas de tarjetas de crédito. No para estimular la actividad económica. La economía se estímula si los reembolsos son gastados, no si son puestos en los bancos o usados para pagar cosas que ya fueron compradas.

Solo una parte del paquete de estímulo podría tener un efecto esperanzador. Permitir a los negocios acelerar los programas de depreciación programados para nuevas inversiones en maquinaria y equipo, y duplicar de $125,000 a $250,000 el monto que de propiedades cualificadas ellos pueden deducir de inmediato promoverá el gasto de capital. Ya que las inversiones de capital por definición están asumiendo un compromiso a largo plazo, proveer incentivos a las compañías para expander o mo-dernizar la capacidad de su producción energizará la actividad económica.

Incluso, hay otra razón para considerar que cualquier be-neficio económico en última instancia generado por un plan de estímulo será en el mejor caso un beneficio efímero. El gobierno federal no cuenta con recursos propios, así que los $168 billones que se necesitan para financiar el paquete solo pueden venir de tres fuentes: impuestos, préstamos o imprimir más dinero. Por obvias razones políticas, aumentar los impuestos no es una buena opción, sobre todo cuando se está llevando a cabo la carrera presidencial. El plan de estímulo económico será pagado por una combinación de un nuevo déficit de gastos y la creación de monedas.

Si nuestros representantes electos de verdad estuvieran interesados en impulsar la lenta economía, ellos deberían recortar las cuotas de impuestos marginales ahora y para siempre. Pero como era de esperar, ellos escogieron la plataforma política.

William Shughart is Senior Asociado del Instituto Independiente en Oakland y Profesor de Economía en la Universidad de Mississippi. www.elindependent.org.