Por David Theroux, The Independent Institute
Con la tasa de asesinatos reportados en Oakland, 3.5 veces por arriba del promedio nacional y el crimen violento 2.31 veces arriba de la tasa nacional, la indignación de la población ha comenzado a incrementar al darse cuenta de que el alcalde de Oakland,
Ron Dellums y el sistema político de la ciudad no tienen la capacidad de enfrentar el problema o inclusive de entenderlo.
Problemas similares han plagado a otras ciudades al mismo tiempo que los departamentos de la policía demuestran fracasos en sus gobiernos al enfrentar problemas de poco personal, despilfarro, corrupción, burocracia y desviar la atención de los crímenes violentos dejando a la comunidad indefensa.
Una de las reacciones de la policía de Oakland fue la reciente iniciativa, sin sentido, pero políticamente correcta “gun buyback program,” con un costo de $250,000 solo para ver que el aumento de los índices de crimen violento se iba por las nubes.
Sin embargo, la comunidad en muchas ciudades ha comenzado a darse cuenta que la política del gobierno no los protegerá y han tomado la iniciativa de organizarse en un sistema de seguridad privada. Oakland es ahora la ciudad que más recientemente ha establecido la operación de Angeles Guardianes.
Fundada en 1979 en Nueva York por Curtis Silwa, quien en ese tiempo trabajaba como administrador en McDonalds en el Bronx, una ciudad con alta criminalidad. Los primeros Angeles Guardianes fueron fuertemente rechazados por el alcalde Edward Koch, pero el éxito de los Angeles patrullando las calles fue contundente y el apoyo del público fue tan extenso que estos factores obligaron a Koch cambiar su tono. En la actualidad, los Angeles operan en docenas de ciudades alrededor del mundo, incluyendo Chicago, Filadelfia, Toronto, Orlando, Boston, Londres, Dallas, Tokyo, Vancouver, Houston, Cape Town y Auckland. Entrenados en primeros auxilios, leyes, resolución de conflictos, comunicación y artes marciales la agrupación de Angeles multi-étnicos emplea las simples pero efectivas técnicas de patrullaje en los vecindarios, primeros auxilios, resolución de conflictos, programas educativos y arrestos.
La llegada de los Angeles a Oakland no es precipitada y ahora el alcalde Dellums podrá ver la luz con su llegada. Pero ¿por qué hemos visto resultados tan efectivos por parte de los Angeles y por qué deberíamos de esperar un mejoramiento de la seguridad en Oakland? La respuesta es tan vieja como la civilización misma en la que la gente coopera y voluntariamente toma responsabilidad para asegurar sus calles, vecindarios y comunidad de los depredadores, poniendo en claro que ese comportamiento no es tolerado y cualquier intento por hacer daño a un inocente será sancionado inmediata y decisivamente a fin de detener la criminalidad.
Como un ejemplo del incremento de las diversas organizaciones privadas involucradas en la prevención y control del crimen, el hecho de que los Angeles Guardianes sean privados (asumiendo que son financiados independientemente) les permite ser responsables, flexibles, creíbles e informados de circunstancias y formas que para las burocracias gubernamentales no es posible.