Ciudad de México - Un corazón no abandonado

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23 January 2010 Print Email

La diversidad regional de México hace de éste uno de los países más interesantes para explorar, a pesar de que la capital de la nación, la Ciudad de México, no es un destino turístico muy importante para los extranjeros. Al poner en contexto los informes exagerados del crimen y el tráfico, vale la pena visitar la ciudad, especialmente para los viajeros interesados en explorar la fascinante historia cultural y política de México. Si la Ciudad de México es

el corazón de la nación, el Zócalo es el corazón de la ciudad. La plaza del Zócalo, oficialmente llamada Plaza de la Constitución, es el destino más popular para los turistas nacionales y extranjeros, así como el punto de reunión más importante para los residentes de la ciudad. Como una de las plazas públicas urbanas más grandes del mundo, el Zócalo es sede de innumerables festivales, conciertos y fiestas nacionales.

Una de las iglesias más grandes y antiguas de América, la Catedral Metropolitana seguramente será la primera característica que atraiga su atención cuando entre al Zócalo. Construida y expandida entre 1563 y 1813, la catedral muestra una mezcla de estilos pero la impresión más sobresaliente es Barroca.

Caminar por la catedral durante una misa dominical es una experiencia cautivadora independientemente de los valores espirituales de cada persona. Apreciar los restos de un templo Azteca que yace debajo de la catedral es la vista más elocuente de la historia prehispánica del centro de la ciudad, y de México. Las partes de la pirámide y los monumentos bien preservados se pueden explorar en el sitio de la excavación que se encuentra al lado de la catedral. Es una vista fascinante de la conquista física y simbólica de una cultura antigua, que hoy en día ha renovado el valor y respeto entre los mexicanos.

El Museo del Templo Mayor es de clase mundial y tiene algunas piezas muy interesantes incluyendo la gran piedra de Coyolxauhqui y las estatuas casi intactas de los guerreros águila.

Hay mucho que experimentar en el distrito histórico del centro de la ciudad, mucho más de lo que se puede disfrutar en un solo día. Encontrar una base de operaciones cómoda y asequible cerca del Zócalo requiere de algo de tarea. Mi base de operaciones para mis tres días de estancia en el distrito histórico fue el Hampton Inn & Suites, que se encuentra ubicado en un hermoso edificio histórico a tres calles del Zócalo. Recientemente reconstruido hace apenas un año, el Hampton es un hotel moderno envuelto en una fachada histórica.

Aunque el hotel ha intentado retener o recrear algo del encanto histórico del edificio en su interior, no se puede ocultar que éste es un hotel nuevo. Lo nuevo no fue un problema para mí ya que me alojé en otros hoteles del área en donde el encanto histórico se acompañaba de una tubería anticuada y la vista de una pared de tabiques desmoronándose (con tarifas de hotel de cuatro estrellas).

Al salir del hotel Hampton, di un paseo por las tiendas y restaurantes cercanos al Palacio Nacional, el cual abarca el tamaño completo de la parte este del Zócalo. Es un gran edificio cuyo interior se encuentra adornado con murales enormes elaborados por el famoso pintor Diego Rivera. Los complejos y coloridos murales representan mucha de la historia y cultura de México; estudiarlas es una lección de historia visual, como Rivera lo interpretó. Un paseo a través de los hermosos y pacíficos jardines ubicados atrás del palacio le harán olvidar que se encuentra en el centro de la ciudad.

Los edificios de la parte oeste del Zócalo son principalmente comerciales, con tiendas de joyería y algunos restaurantes. No es de sorprenderse que haya algunos restaurantes maravillosos, e incluso infames, en el distrito histórico. La comida que se degusta en la Ciudad de México será el tema del artículo de mi viaje en el próximo número de Visión Hispana.