De todas las partes de la cabeza, Don Arturo Olivares prefiere los ojos. “Sin cilantro, sin cebolla, solo un poquito de sal”, menciona. Olivares es el dueño de La Gran Chiquita, una taquería popular cerca de la estación Fruitvale del BART que se especializa en platillos casuales estilo Ciudad de México, y muchas veces eso significa hacer las cosas diferente.

“Cuando empezamos, hicimos mucha investigación de lo que las taquerías estaban haciendo”, menciona Olivares. “Y decidimos que nosotros no íbamos a americanizar nuestra comida, que nuestras especialidades serían platillos que no se pueden encontrar aquí en los Estados Unidos”, mencionó.

Ese inicio fue en 2002, cuando Olivares abrió la taquería La Gran Chiquita en el boulevard de la International. Empezó ofreciendo quesadillas de flor de calabaza y huitlacoche. Ambos ingredientes han aparecido solo recientemente en los menús de restaurantes mexicanos en EE.UU. Posteriormente, ofreció moronga o morcilla (salchicha de sangre de cerdo con especias) y pambazos. Menciona un corte de carne y seguramente Olivares lo tiene: desde mollejas hasta cachete y labios.

Sin embargo, es la barbacoa lo que hace que las familias lleguen los fines de semana desde cualquier parte del Área de la Bahía para hacer fila fuera de La Gran Chiquita. Es opcional incluir pancita y tripa, la carne se sirve caliente en papel aluminio junto al caldo de consomé que lleva garbanzos, arroz y zanahorias.

El rechazo de Olivares a no comprometer la autenticidad y sabor de su comida le ha creado seguidores leales en Oakland y en el Área de la Bahía.

Antes de abrir La Gran Chiquita, Olivares y su esposa empezaron haciendo tacos en Richmond para fiestas de cumpleaños y otras celebraciones. En México, Olivares vivió de hacer barbacoa – en Richmond, hizo ajustes a la receta, preparó su equipo y no tardó mucho en que las órdenes de barbacoa lo mantuvieron completamente ocupado durante los fines de semana. Cuando Olivares perdió su trabajo en la construcción, el hacer tacos mantuvo a la familia a flote.

Olivares puede ser visto muchas veces en la ventana de su taquería, haciendo tacos en la parrilla y sirviéndolos a los clientes. Cuando se trata de buena comida mexicana, en el distrito de la Fruitvale hay mucho de donde escoger, pero solo hay algunos lugares que destacan por su autenticidad y dedicación a la tradición de la comida mexicana - La Gran Chiquita es claramente uno de ellos.