El presidente Donald Trump se mostró en su primer discurso ante el Congreso de EEUU, por primera vez abierto a la posibilidad de una reforma migratoria, pero se mostró firme en su retórica de aplicar con firmeza las leyes migratorias y frenar la llegada de personas con baja capacitación laboral y escasos recursos.
Trump antepuso los motivos económicos como justificación de su línea dura contra la inmigración ilegal.
"Al hacer que finalmente se apliquen nuestras leyes migratorias, vamos a elevar salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar miles de millones de dólares y tornar nuestras comunidades más seguras para todos", dijo el mandatario.
Pero ofreciendo una postura más constructiva, propuso un sistema "basado en méritos" para regular la entrada de nuevos inmigrantes que "ahorrará incontables dólares", y estimó posible un acuerdo entre demócratas y republicanos sobre una reforma migratoria.
"Es un principio básico que aquellos que buscan entrar a un país deben ser capaces de mantenerse a sí mismos financieramente", señaló.
Durante su primera alocución al Congreso desde que asumió el poder, el mandatario dijo que una reforma migratoria debe privilegiar los méritos y las aptitudes profesionales, por encima de trabajadores poco cualificados.
Señaló que tanto republicanos y demócratas pueden avanzar en ese camino, siempre y cuando se tenga como guía mejorar los salarios de los estadounidenses, reforzar la seguridad nacional y restaurar un respeto por las leyes.
Sin embargo, no adelantó cuáles medidas tiene en mente para resolver el estatus de los 11 millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización.
En la agenda interna, prometió una reforma fiscal "histórica" -con menos impuestos para la clase media- y acabar con Obamacare.