Una de las más importantes y perdurables celebraciones en la cultura mexicana es la tradición de la quinceañera. Mucho más que una simple fiesta de quince años, es un hito familiar que representa el paso simbólico de una niña a su etapa como mujer y en el que se le presenta a la comunidad. La celebración de los quince años tiene sus orígenes desde los aztecas y ha evolucionado a una gran celebración familiar al mismo nivel de una boda.
Las quinceañeras usan vestidos que pueden ser tan caros como un vestido de novia y las familias regularmente invierten mucho dinero para el evento a pesar de que no siempre puedan costear dicho gasto.
La planeación empieza con un año de anticipación y requiere de los recursos y ayuda de varios miembros de la familia y amigos. “En estos tiempos en los que se cuenta con presupuestos cortos, he visto fiestas en las que hay casi cien padrinos”, señaló Silvia Castellanos de Fotografía Medina en San Leandro.
Anteriormente, la tradición era que la quinceañera usara un vestido rosa, pero ahora “las niñas quieren usar atuendos extravagantes”, señaló Castellanos. “Los colores de los vestidos son morados, verdes, fucsia, anaranjados, turquesa y obviamente todos sin tirantes y sin mangas.”
Generaciones atrás, las familias acaudaladas solían regalar un viaje a Europa a sus jóvenes hijas, frecuentemente a París. Hoy en día, los regalos oscilan entre dinero en efectivo y ropa. La fiesta es un asunto muy grande, tradicionalmente dura por lo menos seis horas. Los padres, padrinos y frecuentemente otras familias se organizan para hacer de la fiesta una experiencia absolutamente fuera de serie. Un componente principal es el pastel, que generalmente refleja el atuendo de la quinceañera en su maravillosa decoración.
Frank Hernández del Restaurante Raja en Hayward ha visto muchas cosas interesantes en las tantas fiestas de quince años que recibe cada año, algunas con hasta quinientos invitados. “Las familias solicitan de todo, desde lo tradicional hasta lo extravagante”, señala Hernández. Un carruaje con caballo que traiga a la quinceañera a la fiesta, mariachis, limosinas y grupos de México que toquen música de banda se encuentran entre las peculiaridades que ha visto.
Al ser una fiesta, siempre hay baile y generalmente un grupo o DJ toca música de cumbia, banda, salsa y canciones mexicanas tradicionales. Tradicionalmente, la festejada abre la fiesta oficialmente bailando un vals con su padre o chambelán principal. También se da una cena formal en la fiesta. Asimismo, hay un brindis o felicitación, en la que los asistentes hacen alusión a la festejada con orgullo y a anécdotas gratas de su niñez. Esta también es la ocasión en la que los padres dan mensajes especiales con lo que transfieren sabiduría y experiencias de vida a su hija.
La importancia de la celebración de quince años para una familia no puede ser subestimada. “Cada familia con la que he platicado afirma que es algo muy importante en la vida de una joven que se convierte en mujer”, señala Hernández.
Es sorprendente el hecho de que mientras la celebración de quince años es una tradición mexicana, lugares como el Raja han sido sede de muchas fiestas de quince años de personas que tienen raíces familiares de Centro y Sudamérica. “Hemos tenido familias de casi todo país centro y sudamericano como el Salvador, Guatemala, Perú y otros”, afirma Hernández.
Algunas familias aprovechan la oportunidad de la celebración de quince años para agregar características no tradicionales como la comida hindú, en la que se especializa Raja, así como comida mexicana. “Además de la comida de su propia cultura, las familias alguna veces solicitan un par de platillos hindús como pollo o cordero al curry”, agrega.
Las familias latinas tienen presente su rica herencia y la celebración de quince años se encuentra entre los acontecimientos más significativos y hermosos.