Negocio Natural

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23 November 2013 Ferron Salniker Print Email
Mexico Tortilla Factory en Newark produce comida con ingredientes naturales  y  un amor al trabajo tradicional. Susana “Sucy” Collazo  (en medio)  posa con Ruby Aguilar  (izq)  y  Maria Contreras (der).  Foto: Ferron Salniker.
 
Tortillería local honra los valores antiguos  ----   
 
“Mi papa únicamente cursó el tercer grado de escuela, así que él es una prueba de que si trabajas duro puedes hacer cualquier cosa que te propongas”, mencionó Susana “Sucy” Collazo.

Estamos sentadas en una mesa pequeña dentro de México Tortilla Factory, un restaurante, mercado y tortillería en el centro de Newark. Los padres de Sucy iniciaron el negocio en 1970 y se ha convertido en un muy bien conocido y muy apreciado lugar de comida y productos mexicanos. Las paredes son de un amarillo dorado, las estanterías están llenas de productos mexicanos, y la fila de personas para ordenar burritos, tacos, y pozole continúa creciendo. Mientras que el menú presenta comida típica de una taquería, la estrella del menú es claramente la masa, la masa de maíz fresco usada para hacer tamales, totopos, y tortillas de todos los tamaños. La fábrica se ubica detrás de las paredes del restaurante.    

El padre de Collazo inició haciendo tortillas como un negocio adicional al mismo tiempo que trabajaba para General Motors. “Mis padres inmigraron de Nuevo León, México en 1955”, mencionó Collazo. “Mi madre solía emplearse en trabajos de temporada, pero mi padre quería algo de tiempo completo”.

El padre de Collazo iba a trabajar en las mañanas, regresaba a casa para hacer tortillas, dormía por unas pocas horas y regresaba al trabajo. Cuando el negocio de las tortillas empezó a crecer, renunció a su trabajo en General Motors. El negocio familiar cuenta ahora con seis camionetas para entregas y en la fábrica se trabajan de 12 a 13 horas diarias para producir cientos de kilos de masa.

La diferencia de ingredientes únicamente naturales es clara en el olor y humedad de los tamales frescos que son una de las especialidades de Tortilleria Factory en Newark.Aun con una producción tan grande, México Tortilla Factory consigue hacer sus productos naturales, auténticos – en lugar de la harina de maíz procesada, ellos usan ingredientes frescos. También usan molinos de piedra para moler, una técnica que se remonta siglos atrás.

“Todo – tostadas, totopos, taco shells, tortillas gruesas para huarache, y tortillas delgadas en todos tamaños – está hecho de maíz, agua y limón”, menciona Collazo.

La diferencia de ingredientes únicamente naturales es clara en el olor dulce del maíz tostado que irradia de las tortillas y de la humedad de los tamales. En Navidad, la fila para recoger tamales pasa por toda la tienda y se puede ver que crece fuera de ella.    

“El maíz ha estado en Mesoamérica desde antes de Cristo”, mencionó Collazo. “Es nuestra herencia, nuestro pasado, nuestras raíces, y es importante hablar de ello con los jóvenes ya que en muchas clases de historia no nos enseñan de dónde venimos”.

Después de que el padre de Collazo muriera, ella se encargó de administrar el negocio, con la ayuda de su familia. Trabajaron para hacer crecer el negocio y crear nuevas maneras de celebrar la comida y la cultura, dando clases para hacer tamales y organizando eventos como el Día de los Muertos y otras celebraciones. Ella dice que su hijo se hará cargo del negocio cuando se jubile – si es que algún día lo hace.

“No sé si algún día pueda jubilarme – extraño a mis clientes cuando no estoy aquí”, mencionó, agregando que muchos de sus clientes la han visto crecer. “Alguien me preguntó alguna vez, ¿cuál es la diferencia entre esta y otras taquería? Bueno, cuando vienes aquí, es como si vinieras a la casa de tu tía a comer un plato de pozole o menudo… tu llegas a casa”.

Sucy Collazo en su tienda en Newark. Foto: Ferron SalnikerHace dos años, Collazo fue elegida como miembro del concilio de Newark, presentando una plataforma para la educación, seguridad y las personas de la tercera edad. También en vicepresidenta de AVANZANDO, una coalición que provee becas y entrenamiento de liderazgo para los jóvenes latinos. Muchas veces los fines de semana tiene que cumplir con compromisos del concilio, pero aun la pueden encontrar en la fábrica, saludando a cada cliente y ocasionalmente dando una clase para hacer tamales (la siguiente clase es el 7 de diciembre).

Una primera visita a la fábrica puede imaginarse como una excursión cultural a un lugar que honra la tradición y lo auténtico. Recomiendo los tamales de cerdo y el pozole como una primera degustación de los valores antiguos de este lugar especial.