Huérfanos de la deportación: ¿Quién cuida de los niños cuando los padres son deportados?

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05 May 2017 Elizabeth Aguilera, CALmatters Print Email
María Echeverría y su hijo de 18 meses esperan para ver a un abogado. Echeverría está preocupada en caso de ser deportada y separada de su bebe, quien es ciudadano estadounidense. Foto: Elizabeth Aguilera

 

A medida que la aplicación de la ley de inmigración aumenta, también lo hace el temor de los padres indocumentados sobre el destino de sus hijos si es que son separados por la deportación y devueltos a su país natal.

¿Se quedarán los niños en los Estados Unidos? ¿Quién los cuidará? ¿Alguien llevará a los niños a los padres a dondequiera que estén? ¿Las autoridades estadounidenses los colocarán en hogares de cuidado temporal? Y si es así, ¿podrán los padres recuperar la custodia?

"Es el peor escenario para las familias", dijo Jorge-Mario Cabrera de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Angeles. "Es un sentimiento horrible, es horrible tener que decidir entre los lazos que unen a una familia y el futuro de esos mismos seres queridos".

Hay cerca de 6 millones de niños ciudadanos de los Estados Unidos con al menos un padre que está en el país ilegalmente. En California, casi 2 millones de niños ciudadanos viven con un miembro de la familia no autorizado, según un estudio reciente del Centro para el Progreso Americano y el Centro para el Estudio de la Integración de Inmigrantes de la Universidad del Sur de California.

La deportación causa estragos en esas familias. El desplazamiento repentino puede dejar a uno o ambos padres en otro país, desesperados por reunirse con sus hijos o tratar de hacer planes para su cuidado desde lejos. Las autoridades federales no transportan a nadie más que al deportado, por lo que depende del inmigrante o de la familia hacer arreglos para reunirse más tarde. La deportación también puede significar la pérdida de un sostén de familia, posiblemente forzando a los miembros restantes de la familia a la pobreza o incluso a la falta de vivienda.

Es por eso que los grupos de apoyo alientan a las familias con padres no autorizados a prepararse para la posibilidad de una deportación. El papeleo apropiado puede disminuir el riesgo de perder el contacto o, en el peor de los casos, de que los niños sean puestos bajo custodia gubernamental o hogares de crianza temporal.

Hoy, con una preocupación renovada, los padres asisten a sesiones para ponerse al tanto de sus derechos o permanecen de pie en largas filas por la mañana para redactar las declaraciones juradas de los cuidadores y los trámites de tutela legal temporal. Ellos están seleccionando a un miembro de la familia o a un amigo para asumir la responsabilidad de sus hijos si son detenidos y/o deportados.

Lucas Itzep y María García llegaron a las oficinas de la coalición en Los Ángeles, empujando una carriola con su hijo de 10 meses. La pareja quiere asegurarse de que su familia se mantenga intacta, y no preocuparse, en caso de que fueran deportados, sobre el destino de su bebé y su hijo de 3 años. Ellos son de Guatemala y han vivido por 14 años en Estados Unidos, Itzep dijo que la separación de sus hijos es su principal preocupación.

"Si tuviera que enfrentarme y tuviera que regresar, entonces debo ir con mis hijos", dijo Itzep. "Queremos saber si alguien puede quitarnos a nuestros hijos. Ellos tienen derecho a estar aquí, pero no puedo imaginar si me los quitaran. Si nos separan, es algo que no puedo imaginarme".

La pareja está recolectando actas de nacimiento, obteniendo pasaportes para sus hijos y asegurándose de que tienen los documentos adecuados para viajar y vivir en Guatemala. Si son separados de sus hijos, la pareja necesitará esos documentos para probar su paternidad y reunirse con ellos.

Para un niño, hay varios resultados posibles cuando los padres han sido deportados. Pueden reunirse con sus padres en el país de origen; pueden quedarse con su familia o amigos; o si están solos en casa, nadie los recoge de la escuela o el cuidado de los amigos de la familia falla, podrían terminar en un hogar de crianza temporal. Algunos niños también pueden quedar con un hermano mayor, que acabe de terminar la escuela secundaria o este en la universidad.

En un año típico la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes podría haber ayudado a unas 20 familias a crear un plan para el cuidado de sus hijos en caso de que los padres sean deportados, según Cabrera. Pero en apenas tres meses desde que se anunció la orden ejecutiva del Presidente Trump, dijo, la organización ha ayudado a 300 familias a completar este plan.

En la primera mitad de 2016, las autoridades federales deportaron a casi 15,000 personas que dijeron eran padres de un niño ciudadano de los Estados Unidos, según un informe presentado al Congreso. El año anterior, el Departamento de Seguridad Nacional informó de la deportación de más de 30,000 de estos padres.

Sin embargo, estudios recientes del Instituto de Políticas de Migración y del Instituto Urbano indican que los datos son incompletos y estiman que el número de padres de niños ciudadanos deportados cada año es más cercano a los 100,000. La mayoría eran padres, y generalmente sus hijos se quedaban en Estados Unidos con sus madres, o con parientes o amigos.

No se sabe cuántos niños de padres deportados viven con amigos o parientes, o cuantos están en cuidado de crianza temporal, porque las agencias gubernamentales no dan seguimiento.

"Por mucho que la gente pueda sentir empatía con la situación de los hijos de los inmigrantes ilegales, debemos recordar que la responsabilidad de sus circunstancias recae en los padres que conscientemente violaron las leyes de inmigración del país y colocaron a sus hijos en esta difícil situación", Dijo Dave Ray, portavoz de la Federación para la Reforma de Inmigración Americana, que apoya el aumento de la aplicación de la ley.

Desde 2013, la agencia federal de Inmigración y Aduanas ha estado tomando en consideración el papel de padres o cuidadores cuando arresta a alguien. Esto es parte de una iniciativa conocida como "intereses de los padres", que también permite que un padre llame a una niñera si un niño va a quedarse solo. Esta iniciativa sigue vigente, según el ICE.

Ese mismo año en California, la Legislatura aprobó la Ley para Reunir Familias de Inmigrantes, diseñada para aliviar las dificultades que las familias estaban pasando tratando de recuperar a los niños. La ley dice que un padre o pariente no puede ser descalificado de cuidar a los niños porque son indocumentados.

También amplió el período de tiempo para que las agencias de bienestar infantil pudieran localizar a los padres deportados y ayuda a establecer acuerdos con consulados extranjeros para facilitar la reunificación de las familias. Esos cambios se produjeron en respuesta a un estudio de 2011 que estimó que el número de niños en hogares de crianza temporal, como resultado de la deportación de los padres, ascendía a unos 5,000 y predijo que el número se triplicaría en 2016. En el informe, los investigadores del antiguo Centro de Investigación Aplicada, ahora llamado Race Forward, encontró que las probabilidades de reunificación de los padres deportados y niños en hogares de cuidado temporal eran muy bajas.

A menudo los padres quieren que sus hijos, especialmente los más grandes, permanezcan en los Estados Unidos con el otro padre o un pariente.

"La idea era que los padres habían arriesgado tanto para venir aquí y lo hicieron para ofrecer una vida mejor para su hijo - y ellos sentían que sus hijos estarían mejor si pudieran quedarse aquí y finalmente tener éxito. Pero significaba que iban a estar separados de un padre".

Cuando un padre o padres son deportados, las familias son golpeadas duramente. Si el padre removido es el único sostén de la familia, la familia, o simplemente los niños, a menudo quedan sin recursos y pueden quedar sin hogar.

María Echeverría envolvió a su hijo de 18 meses, Esras Daniel Elias, y esperó en la oscura mañana en la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes. Teme ser deportada de regreso a El Salvador, dijo en un susurro lloroso. "Para mis hijos ese es el miedo que tengo".

Está aterrorizada de la posibilidad de ser separada de su bebé, pero se preocupa por el hecho de la posibilidad de criarlo en el país violento del que huyó. La hija pre-adolescente de Echeverría vino con ella a Estados Unidos, y la madre no quiere llevarla de vuelta a las peligrosas condiciones que dejaron atrás, donde dice que su niña fue abusada sexualmente -pero también se preocupa de dejarla atrás, sola en los Estados Unidos.

Gretchen Kuhner, director de la clínica legal Instituto para las Mujeres en la Migración en la Ciudad de México, dijo que el estado donde los niños son detenidos a menudo afecta el resultado. Hace varios años, el instituto trató de ayudar a dos mujeres que, después de ser deportadas, perdieron a los niños que dejaron en Utah. Ambos niños terminaron en cuidado de crianza temporal, y luego los derechos de los padres fueron removidos y los niños fueron adoptados.

"Esa es la razón por la cual todos estamos corriendo en las organizaciones comunitarias en los Estados Unidos para hacer un plan familiar", dijo Kuhner.

Kuhner dijo que a diferencia de otros estados, California tiene relaciones con consulados y geografía que a veces permite visitas de los padres en la frontera. "Hay sistemas instalados aquí que no se establecen en otros lugares", dijo. "Totalmente diferente si tienes a tu hijo a una hora y media de distancia que si estás en Oaxaca y tu hijo está en Illinois".