Terminar la universidad es aún un reto ---
Impulsado por un aumento vertiginoso del 24% en la matrícula de hispanos, el número de jóvenes de entre 18 y 24 años que asisten a la universidad en los Estados Unidos ha alcanzado la cifra sin precedentes de 12.2 millones en octubre de 2010, de acuerdo con un análisis del Centro Hispano Pew basado en información disponible recientemente proporcionada por la Oficina de Censos. De 2009 a 2010, el número de adultos jóvenes hispanos inscritos en la universidad creció 349,000, en comparación con un aumento de 88,000 jóvenes afroamericanos y 43,000 jóvenes asiático-americanos y una disminución de 320,000 jóvenes blancos no hispanos.
Es el incremento más grande en la historia y es de relevancia debido a que la cifra es considerablemente más alta en comparación con el incremento del 7% en la población total de hispanos de esa edad.
“En la Gran Recesión, los mercados laborales, particularmente para los jóvenes de la nación en muchos estados, se deterioraron significativamente”, señaló Richard Fry, asociado de investigación senior en Pew Hispanic. “Para algunos jóvenes, el trabajo es una alternativa a la escuela. No pueden encontrar empleos, entonces, ¿por qué no terminar la preparatoria? ¿Por qué no asistir a la universidad?”
Los datos muestran que los jóvenes hispanos por primera vez superan en número a los jóvenes afroamericanos en campus, a pesar de que la matrícula universitaria de jóvenes afroamericanos también ha aumentado de manera constante durante décadas y también ha venido incrementándose vertiginosamente en años recientes. Sin embargo, El aumento de hispanos matriculados ha sido más dramático que el aumento de afroamericanos inscritos porque ha sido impulsado por una combinación de crecimiento de la población y avances educativos. Los altos niveles de inmigración y natalidad han causado que los hispanos sean el grupo minoritario más grande de la nación, constituyendo el 16% de la población de Estados Unidos al año 2010.
Los jóvenes hispanos, sin embargo, continúan aún muy por debajo de la media nacional en cuanto a la terminación de carreras universitarias de cuatro años. En 2010, el 32% de los jóvenes entre 25 y 29 años obtuvo un título de licenciatura, en comparación con el 13% de los hispanos de la misma edad.
Por supuesto, los datos nacionales no necesariamente reflejan la realidad de cada comunidad. Aquí, en el Este de la Bahía, el Distrito de Universidades Comunitarias de Peralta, que incluye colegios como Laney College y Merritt College, tiene un perfil étnico diferente en su población estudiantil. De acuerdo con Jeffrey Heyman, vocero del distrito de Peralta, los estudiantes hispanos constituyen únicamente el 12.2% de la matrícula del distrito. Los estudiantes afroamericanos representan el 25.1%, los estudiantes asiáticos el 20.9% y los blancos no hispanos el 17.7%. Heyman agrega que existen factores importantes que afectan el número de inscripciones a nivel distrital y nacional, principalmente los recortes presupuestarios y los límites de matrícula establecidos por los gobiernos estatales.
“La cultura en donde la expectativa de una baja educación en la comunidad Latina está comenzando a resquebrajarse”, menciona Graciela Tiscareño-Sato, residente de Hayward quien trabaja con estudiantes latinos y legisladores en Washington a fin de incrementar el éxito de los estudiantes.
“Me siento feliz de ver que el número (de estudiantes matriculados) se incrementa por un año pero no es suficiente”, agrega Tiscareño-Sato, quien es también autor del libro, ´Latinnovating: Green American Jobs and the Latinos Creating Them´.
Ella menciona que su enfoque se centra en los números absolutos. “El porcentaje de deserción en los Latinos es decepcionante – a nivel nacional, estamos graduando del colegio a solo 130,000 latinos anualmente. La cultura aún no está esperando que la gente vaya a la universidad o colegio. Estaré muy contenta cuando vea un incremento en los graduados del colegio”.
Tiscareño-Sato cree que la consejería a los estudiantes jóvenes es la llave para alcanzar un progreso real en la educación de los hispanos. Ella exhorta a los adultos para que sean mentores y hacer que los jóvenes crean que el colegio es para ellos. “Quizás tú seas el único que le diga esto a un joven”, escribe. “Sé la fuerza que guía al estudiante de donde está hasta donde necesita estar – en el colegio y más allá”.