Ana Hernández supo desde pequeña que enseñar era algo que quería hacer. Recuerda que cuando era niña y vivía en un pequeño pueblo del norte de México, Hernández tomaba pedazos de gis que recibía de las monjas y los usaba mientras jugaba como maestra con sus primos en casa.
Hernández, ahora directora de Cristo Rey De La Salle East Bay High School en Oakland, California, llegó a conocer bien a sus maestros durante sus influenciables años de infancia en México y prosperó en su escuela católica local.
Pero a la edad de nueve años, la vida de Hernández - dentro y fuera del aula - cambió drásticamente cuando inmigró a los Estados Unidos con su familia.
La vida como alumno de primera generación en Oakland
Hernández luchó desde el inicio en sus clases en Oakland. Había un nuevo estilo de enseñanza al que adaptarse, un nuevo plan de estudios para digerir y un idioma completamente nuevo por aprender.
"Pasé de ser una de las mejores estudiantes en México a no saber lo que estaba haciendo porque no conocía el idioma", dijo Hernández.
Pero la inteligencia de Hernández pronto eliminaría la barrera del lenguaje. Su profesora de matemáticas tomó nota de la aptitud de Hernández para la aritmética y le ayudó a cambiar su viaje educativo para lo mejor.
La matemática es un lenguaje universal y la maestra de Hernández se dio cuenta correctamente de que su nueva estudiante tenía potencial en otras áreas, aun sin explotar. Ella serviría como mentora de Hernández y la animó a practicar el establecimiento de metas y ayudarla a entender cuánto podría lograr.
La maestra abogó por Hernández todas las oportunidades que pudo y ayudó a que Hernández entrara en el Programa Upward Bound, un programa educativo financiado por el gobierno federal que ayuda a aumentar el acceso a la universidad para estudiantes de primera generación.
"Mi pasión renació en Upward Bound", dijo Hernández.
El enfoque de Upward Bound en proporcionar oportunidades para que los estudiantes tengan éxito, y el liderazgo del entonces director del programa Romeo García, inspiró a Hernández a tener un impacto similar en su comunidad de Oakland. Ahora estaba prosperando como estudiante de bachillerato gracias en gran parte a la tutoría que recibió de sus maestros y estaba lista para ser mentora ella misma.
Hernández y su hermana, Martha, crearon su propio programa de tutoría en la misma escuela primaria donde Ana una vez luchó cuando inmigró a los Estados Unidos. Hernández ofreció clases de tutoría en inglés y español, esperando ayudar a alguien como ella a esa edad.
Los estudiantes merecen representación y celebración
La pasión de Hernández por la educación continuó a través de la universidad, donde obtuvo una licenciatura en Occidental College en Los Ángeles y una maestría en Mills College en Oakland. Luego tomó las lecciones aprendidas de su infancia en su carrera profesional como maestra y líder escolar.
Hernández sabía lo importante que era ayudar a los estudiantes a prosperar temprano en la vida y a menudo a lo largo de sus experiencias educativas, especialmente aquellos que venían de comunidades desfavorecidas.
"Esto es lo que me hizo ser educadora", dijo Hernández. "Aprendí de primera mano que los estudiantes necesitan educadores que traigan su verdadero yo auténtico y alienten a los estudiantes a hacer lo mismo. Los estudiantes necesitan ser vistos. Merecen ser celebrados, ser escuchados y reconocidos".
Después de más de una década como tutora, maestra, directora de escuela y directora de programas, Hernández se convirtió en la directora fundadora de Cristo Rey De La Salle East Bay High School en julio de 2017. CRDLS es una escuela secundaria católica que forma parte de la Red Cristo Rey y se encuentra en el corazón de Fruitvale en Oakland. Como líder de una escuela que atiende a estudiantes de bajos ingresos, Hernández ayuda a asegurar que cada estudiante tenga una experiencia personalizada a fin de ayudarlos en el nivel en donde se encuentren y reciban el apoyo que necesitan.
A pesar de la pandemia, el aprendizaje debe continuar
Este ha sido un año de incertidumbre en la educación debido al COVID-19, pero Hernández ha asegurado a sus estudiantes, profesores y comunidad un lugar seguro para aprender y prosperar. En la primavera, el liderazgo de Hernández ayudó a su equipo a apoyar a los estudiantes en su transición a entornos remotos.
Hernández quedó impresionada con la forma en que los estudiantes de CRDLS hicieron la transición a la educación a distancia con facilidad. El enfoque de la escuela en el desarrollo de hábitos de aprendizaje a lo largo de toda la vida dio sus frutos a medida que los estudiantes autodirigían su aprendizaje, fijaban metas, manejaban su tiempo y buscaban la retroalimentación de sus profesores.
De muchas maneras, Hernández se había estado preparando para este tipo de oportunidad de liderazgo constante desde aquellos primeros días actuando como maestra para sus primos cuando era niña en México.
"En este momento, la mejor manera en que los maestros y los líderes escolares pueden apoyar a su comunidad es creando estabilidad", dijo Hernández. "Los maestros deben sentirse empoderados para encontrar la inspiración dentro de sí mismos de maneras que les sirvan para traer alegría. Podemos hacerlo. Podemos apoyarnos los unos a los otros como educadores y hacer todo lo posible para apoyar a nuestros estudiantes.
"Como cualquier otro año, tenemos que centrarnos en primer lugar en el aprendizaje social y emocional, y a partir de ahí permitir que nuestros estudiantes persigan sus objetivos, sean cuales sean".
El artículo original fue publicado en el blog summitlearning.org y fue traducido por Visión Hispana.