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"Con ganas de hacerlo"

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26 September 2009 Visión Hispana Print Email

A temprana edad, Rolando Herrera demostró su ambición y su actitud positiva. Desde su llegada a los Estados Unidos desde México a la edad de quince años, la carrera de Rolando en la industria vinícola es una historia de pasión, determinación y búqueda de la excelencia. Hoy en día sus vinos se sirven en restaurantes a lo largo y ancho de los Estados Unidos; e incluso en un evento que se llevó a cabo en la Casa Blanca en honor del ex presidente de

México Vicente Fox.   

“Quiero regresar a Napa”, dijo Rolando Herrera a su padre cuando no pudo obtener su certificado escolar en Michoacán, México. Su padre le dijo ‘puedes regresar cuando cumplas quince años’. “En mi antiguo pueblo en México a esa edad ya eres considerado un adulto”, señala Rolando.
 
En diciembre de 1982 Rolando empacó algunas de sus pertenencias y partió con un grupo de amigos con dirección a los Estados Unidos. Llegó a la casa de su hermano mayor en Saint Helena y empezó a trabajar como lavaplatos en un restaurante. Lavaba platos e iba a la escuela por las tardes. “Le hice una promesa a mi mamá”, señala Rolando. “No voy a irme al ‘Norte’ sólo a trabajar, terminaré la escuela”.

Durante el verano, Rolando tomó distintos trabajos para ayudar con el pago de las cuentas. En 1989, conoció a Warren Winiarski, fundador y ex propietario de Stags’ Leap Wine Cellars, quien lo contrató para construir un muro de contención de piedra. Después de ese trabajo, Winiarski le ofreció un empleo en la bodega. “Siempre tuve curiosidad de saber qué era lo que estaba adentro de esas instalaciones y bodegas escondidas detrás de los enormes árboles”, afirma.
 
Rolando amó su carrera en la industria vinícola desde el primer día. “Esto es hermoso, encontré mi hogar”, fue lo que sintió Rolando cuando abrió las puertas de las bodegas vinícolas en su primer día de trabajo. “Me encantó el aroma, la oscuridad, los barriles, las puertas grandes, todo”, recuerda Rolando.
 
Empezó lavando los barriles de vino, los pisos y los tanques. “Lo disfrutaba y quería terminar un proyecto lo suficientemente rápido porque quería saber qué más querían que hiciera”, asegura. Dos años después, Rolando fue ascendido al puesto de encargado de las bodegas vinícolas.
 
Rolando dejó Stag’s Leap en 1995 con la meta de ser más que un encargado de bodega. “Fue una decisión verdaderamente difícil”, Rolando afirma. “Pero sabía que tenía que ir por más”. 
 
Se convirtió en vinicultor asistente en Chateau Potelle Winery, pero sabía que sería muy difícil alcanzar el empleo de vinicultor en cualquier bodega de vinos que no fuera la suya. En 1997, Rolando compró cuatro toneladas de uvas y puso en práctica todo su conocimiento y experiencia para elaborar el vino. Compartió su primer vino con amigos y restauranteros, quienes quedaron muy complacidos con su sabor.
 
La intención de Rolando era vender su vino en el mercado de granel en donde las bodegas de vinos compran vino para venderlo bajo su propia etiqueta. “La gente me dijo ‘estás loco, necesitas embotellar esto’”, comenta.
 
Rolando no estaba listo para semejante idea, pero después de algunos meses decidió literalmente embarcarse en su ‘Sueño’. “Un día desperté con ‘ganas de hacerlo’”, afirma. “Tiene que ser ‘Mi Sueño’, me tomó seis meses hacer el vino pero se me ocurrió el nombre en sólo diez minutos”, afirma.
 
Mi Sueño Winery empezó en pequeño produciendo 200 cajas al año. Actualmente, la empresa produce 5,500 cajas de vino anualmente. “El secreto del éxito está en hacer algo que te guste y contar con apoyo”, afirma Rolando. “Tengo el apoyo de mi esposa – se necesita a más de uno para hacer que las cosas sucedan”.
 
El vino de Rolando se sirvió en la Casa Blanca en el 2001 en un evento realizado en honor del ex presidente de México Vicente Fox. “Eso fue enorme”, recuerda Rolando. La segunda vez que su vino estuvo en la Casa Blanca fue el año pasado en el evento del Cinco de Mayo. “El futuro de ‘Mi Sueño’ es continuar soñando”, afirma. “Soñar es gratis, el cielo es el límite”.