Un nuevo estudio del Instituto Davenport de la Universidad de Pepperdine ha puesto de manifiesto el fraude continuamente perpetuado sobre el público contribuyente – y puesto sobre las familias de escasos recursos atrapadas en las escuelas públicas – de que si el estado (en este caso, California) solo tuviera un poco mas de dinero podría proporcionar una mejor educación.
El estudio concluye que a pesar de todo lo que se habla sobre “los recortes al presupuesto a la educación”, el gasto destinado a la educación se
incrementó a un ritmo constante entre los años presupuestales del 2003-04 y 2008-09, mientras que el gasto directo dirigido a los salones de clases declinó.Ciertamente, el gasto destinado a la educación en California no ha sido “recortado” en lo absoluto – mas bien, ha sido radicalmente incrementado durante el periodo:
Durante el periodo de cinco años, el monto total gastado per cápita por las escuelas (sin incluir gasto dirigido a activos) se incrementó en un 25.8 por ciento, que fue por mucho mas grande que el crecimiento del ingreso personal per cápita o de la inflación. Durante el mismo periodo, el gasto dirigido directamente a los salones de clases a nivel estatal decayó del 59 por ciento al 57.8 por ciento de los gastos totales. Estos totales a nivel estatal reflejan un rango muy amplio de variación en cada distrito escolar, cuyos sus ratios variaban de mas de 70 por ciento a menos del 45 por ciento.
Mientras tanto, el National Report Card 2009, producido por el Instituto de las Ciencias de la Educación del Departamento de Educación de los Estados Unidos, muestra que los estudiantes de las escuelas públicas de California se encuentran ubicados casi en la ultima posición del ranking de aprovechamiento a nivel nacional: en promedio un estudiante del 4to. grado en aprovechamiento en matemáticas en California se ubica en el ranking 47avo., solo por encima de los niños de Mississippi, Alabama y Washington D.C., mientras que en promedio los estudiantes de 8avo. grado se ubican aun mas bajo —48avo— superando solo a los niños de Mississippi y Washington D.C.
El fallido distrito escolar de Oakland es una ejemplo y caso de estudio del sistema de las escuelas públicas cargadas de una estructura muy pesada de gastos, con 152 estudiantes por administrador, en comparación del promedio de 250 a nivel estatal. En un distrito con un presupuesto cercano a los $13,000 anuales por estudiante, a nadie le parece extraño ¿por que la junta escolar de Oakland esta considerando incluir un impuesto a la propiedad de $195 en la boleta de votación en Noviembre, esto con el fin de colectar $20 millones anuales para poder incrementar los salarios de los maestros y personal?
Desafortunadamente, es muy raro que tal medida no pase. Todo el tiempo, los electores son exhortados a pagar mas y mas impuestos en el nombre de los niños. Y, una vez mas, como en cada “crisis presupuestal” el costo se pone sobre los estudiantes: con tamaños de clases mas grandes, mientras que el número de horas de clase, las artes, los deportes y programas de la biblioteca son recortados.
Mientras que las familias a lo largo de California se han apretado sus propios cinturones en respuesta a los duros tiempos económicos:
Supervisores y administradores certificados disfrutaron un 28 por ciento de incremento salarial durante los últimos cinco años. El salario de supervisores y administradores clasificados se incrementó en un 44 por ciento durante el mismo periodo de tiempo.
Es tiempo de aprender la lección de una vez por todas: competitividad, empresas privadas trae como resultado la eficiente provisión de productos y servicios para los consumidores – aun para los consumidores de escasos recursos, sin representación, y sin poder político. Los monopolios gubernamentales siempre generan peores servicios por lo que tienen que extorsionar y pedir un mayor soborno.
Mary Theroux es Vicepresidente de The Independent Institute.