La autoestima, es un tema que despierta día tras día un gran interés, no solo de psicólogos, sino también de madres y padres. Esto se entiende por la relación que esta tiene con problemas como: la depresión, anorexia, timidez, abuso de drogas, entre otros; algunos expertos afirman que una baja
autoestima puede llevar a una persona a tener estos problemas, mientras que una buena autoestima puede hacer que una persona confie en sus capacidades, no se deje manipular, sea más sensible a las necesidades de otros, entre otras cosas, que esté dispuesto a defender sus principios y valores.Los hijos se ven a través de la mirada de los padres y su autoestima dependerá, en gran medida de la imagen de él, que tú le trasmitas. Tu misión es hacerle saber lo valioso que es para ti y destacar la importancia del esfuerzo por encima del logro. Se considera que los niños que tienen un fuerte sentido de su propia valía son físicamente más sanos, aprenden y progresan mejor, tienen una mayor tolerancia a la frustración y son más seguros de sí mismos.
La mayoría de los psicólogos infantiles afirman que, la autoestima de los padres es un factor primordial en la formación de la autoestima de los hijos. Los padres con poca autoestima quieren que sus hijos consigan cosas que ellos no han conseguido y se desilusionan cuando esto no ocurre. Se olvidan muchas veces que es posible que los intereses del niño no coincidan con los suyos.
La autoestima depende de en qué medida nos sentimos valorados, queridos y aceptados por otros — y en qué medida nos valoramos, queremos y aceptamos a nosotros mismos. Si los padres pasan más tiempo criticando a un hijo que elogiándolo, es difícil que desarrolle una autoestima sana; puesto que aún está formando sus valores y creencias.
Pasos para mejorar la autoestima:
- Deja de tener pensamientos negativos sobre tí mismo, piensa en aspectos positivos que los contrarresten.
- Ponte como objetivo el logro en vez de la perfección. Piensa en qué eres bueno y en las cosas con las que disfrutas.
- Considera los errores como oportunidades de aprendizaje. Recuerda que las aptitudes de una persona están en constante desarrollo, y que cada uno sobresale en cosas diferentes.
- Prueba cosas nuevas. Experimenta con diferentes actividades que te pongan en contacto con tus aptitudes.
- No temas expresar tus ideas, siéntete orgulloso de tus opiniones.
- ¡Ejercitate! Mitigarás el estrés, estarás más sano y feliz.
- Pásatelo bien. Disfruta pasando tu tiempo con personas que te importan y haciendo cosas que te gustan.
La autoestima interviene en todo lo que se hace. Los niños con una autoestima alta rinden más en los estudios y les resulta más fácil hacer amigos; son más felices y les cuesta menos enfrentarse a los errores, decepciones y fracasos, y es más probable que perseveren en algo hasta que lo consigan. Cuesta cierto trabajo, pero es una habilidad que tendran de por vida.
Cómo adquieren los niños su autoestima.
Los bebés no se ven a sí mismos de forma buena o mala. No piensan: “¡Soy genial!” cuando sueltan un buen eructo o “¡Oh, no, este pañal hace que mis piernas se vean raras!” Más bien, las personas cercanas a él le ayudan a desarrollar su autoestima. ¿Cómo? Animándole cuando aprende a gatear, caminar o hablar.
Cuando los niños crecen, pueden tener un papel más importante en el desarrollo de su autoestima. Los logros ―como conseguir buenas notas en un examen o formar parte del equipo de fútbol estelar― son cosas de las que un niño puede sentirse orgulloso.
La familia de un niño y otras personas de su entorno (entrenadores, profesores, compañeros.) también pueden elevar su autoestima. Pueden ayudar a un niño a aprender a hacer las cosas o a darse cuenta de sus cualidades. Pueden creer en el niño y animarlo a volver a intentar algo que no le salió bien la primera vez. Todo es parte de ese aprendizaje que les hará verse a sí mismos de forma positiva, sentirse orgullosos de lo que han hecho y seguros de que pueden hacer mucho más.
Fuente: Kidshealth.org