Parado frente a una corte de justicia, un joven infractor de Oakland es cuestionado por un jurado de personas de su misma edad, ¿por qué cometiste este robo?, ¿en qué estabas pensando?” Conforme el adolescente lucha por explicar sus acciones, el jurado lo observa para ver en que grado aceptará su responsabilidad y si está arrepentido de su delito. Pero de manera distinta a una corte normal, el jurado está ahí para decidir la sentencia del
delincuente, no su culpabilidad. El jurado ya sabe que el criminal es culpable porque tuvo que admitirlo para estar en la Corte Juvenil McCullum (McCullum Youth Court – MYC).“Tienen que admitir su culpabilidad para entrar en el programa”, dice David Wallace, director ejecutivo de MYC, una organización sin fines de lucro con base en Oakland que ofrece a los jóvenes infractores una segunda oportunidad a través de la justicia restaurativa y rendición de cuentas frente a sus homólogos.
Aunque la sentencia del infractor en la corte de jóvenes es legalmente obligatoria, evitará muchos de los aspectos que impactan en la vida que trae consigo un sistema normal de justicia: el arresto en un centro de readaptación juvenil, una historia criminal permanente y la libertad condicional. Más de 6,000 jóvenes menores de dieciocho años son arrestados anualmente en el Condado de Alameda. Aproximadamente un tercio de los jóvenes arrestados son detenidos en centros de detención juveniles, conocidos de otra forma como pabellones juveniles. Para muchos de estos jóvenes, los pabellones juveniles son el principio de una vida de delito y prisión. La meta de MYC es guiar, lejos del camino del crimen, a los jóvenes que delinquen por primera vez con delitos menores.
El promedio de reincidencia (el volver a delinquir) de los delincuentes del programa MYC está consistentemente por debajo del diez por ciento. Los jóvenes que entran en el sistema de justicia juvenil del gobierno tienen tasas de reincidencia de un sesenta a un ochenta por ciento. Wallace atribuye este éxito notable del programa a la rendición de cuentas a homólogos en el proceso de las cortes de jóvenes. Bajo la supervisión de un grupo de adultos profesionales, los jóvenes manejan y administran las sesiones de la corte de los jóvenes. Los abogados, secretarios, alguaciles y jurado son también todos jóvenes, algunos de los cuales son delincuentes participando en la corte como parte de su sentencia.
“En esa edad son muy susceptibles a la presión de grupo y a cómo están siendo juzgados por otras personas de su edad”, dice Wallace. “Tiene mucho más impacto ser responsabilizado por sus homólogos que por adultos”.
Las sentencias se designan para hacer responsables a los delincuentes de una manera significativa y restaurativa. Una sentencia consiste en la participación en un servicio de jurado además de doce a sesenta horas de servicio comunitario y una clase de ayuda psicológica tal como el control de ira, abuso de sustancias, o auto expresión positiva. Los jóvenes delincuentes que exitosamente completan sus sentencias son animados a unirse al sistema MYC y su programa de justicia, el cual provee a los estudiantes de secundaria y preparatoria con intereses en el derecho y la justicia social un entrenamiento de líderes de su edad y adultos.
Francisco Zepeda, se involucró con el programa de ley y justicia a través del servicio social en su escuela secundaria. Habiendo escalando con su trabajo hasta la posición de administrador de casos de jóvenes, trabaja con los padres de los jóvenes infractores para explicarles el programa MYC y cómo beneficia la vida de sus hijos para que tengan un mejor futuro. “Me uní al programa porque me gusta ayudar a la gente y saber que hice algo que fue positivo en mi vida y para mi comunidad”, asevera Zepeda. “Lo que aporto al programa es básicamente la experiencia de haber crecido en el Área de la Bahía y en Oakland, así que sé lo que los jóvenes viven aquí.
Sophal Veth, es administradora de los casos de mujeres jóvenes, un puesto pagado. Su entrada al programa fue diferente a la de Francisco. “Yo fui producto del sistema de cortes juveniles”, dice Veth. Después de haber cumplido con noventa días en el pabellón juvenil, Veth dice que aprendió a reconocer la vida como un regalo. “Les habló a estas muchachas de que tan afortunadas son de estar aquí y de que les den la oportunidad de entender y darse cuenta de que el delito que cometieron pudo haber sido peor”.
Retorno de la inversión: cortan los fondos a pesar de los ahorros
Anualmente, sólo 400 infractores se benefician del programa de la Corte Juvenil McCullum (MYC), sin embargo ese número puede declinar debido a los recientes recortes a los fondos. Desde el 31 de marzo del 2010, MYC obtendrá un recorte en los fondos cercano a los $400,000 – lo que representa más de la mitad de su ingreso anual. De acuerdo con MYC, sus programas ahorran al Condado de Alameda más de $20 millones al año en términos de lo que costaría al sistema gubernamental servir a esos mismos jóvenes.
“Sabemos que los fondos gubernamentales se están recortando en muchas áreas, pero parece ir contra el sentido común reducir el apoyo para una organización que es capaz de ahorrar tan tremenda cantidad de dinero al sistema cada año”, dice el Director Ejecutivo de MYC, David Wallace. Wallace hace notar que mientras a MYC le cuesta servir a cada joven menos de $300, el costo para el contribuyente por cada joven infractor que pasa por el Sistema Judicial del Condado de Alameda y que termina en arresto puede ser de $44,000 o más.
Para apoyar o hacer donaciones visite www.youthcourt.org.