The Rising Influence of the Hispanic Vote: A Growing Force Shaping America’s Elections
  Whether you are celebrating or mourning the results of Tuesday’s election, one thing is for certain. The Hispanic vote continues to be an ever-increasing driving force influencing final election outcomes.  There’s Strength in Numbers Accordin...
Californianos Quieren más Seguridad: Aprueban Prop 36 para Endurecer Sentencias
Los californianos apoyaron abrumadoramente la Propuesta 36 para alargar las sentencias penales por ciertos delitos de robo y drogas, y para dirigir a más personas a tratamientos contra las drogas después de las condenas. Las opiniones de los votant...
La Influencia del Voto Hispano: Fuerza Creciente que Moldea las Elecciones Estadounidenses
  Tanto si estás celebrando como lamentando los resultados de las elecciones del pasado martes, una cosa es segura: el voto hispano sigue siendo una fuerza impulsora con una influencia cada vez mayor en los resultados finales de las elecciones.  ...
Latinos’ Views of and Experiences with the Spanish Language
Over half of U.S. Latinos who do not speak Spanish have been shamed by other Latinos for it. Language plays a foundational role in shaping human experience, connecting people to their heritage and offering a sense of pride. However, for many U.S. ...
Perspectivas y Experiencias de los Latinos sobre el Idioma Español
Si bien la mayoría de los latinos en EE.UU. hablan español, no todos lo hacen. El 24 por ciento de todos los adultos latinos dicen que solo pueden mantener un poco o nada una conversación en español.   Más de la mitad de los latinos en EE.UU. que...

Guerra contra el olvido

Information
09 February 2013 Johanes Rosello, Mundo Hispánico Print Email
De acuerdo con estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los latinos son uno de los grupos más propensos a padecer Alzheimer.

“Es bien duro ver cómo se derrumba una persona”, dijo Jenny Dávila, refiriéndose a su madre, Ana Caballero, que padece Alzheimer.

El mal que sufre Ana es la forma más común de demencia o pérdida de memoria y otras habilidades intelectuales que afecta la vida diaria de quien lo padece, de acuerdo con la Asociación de Alzheimer.

Para Dávila y su hermano, únicos cuidadores de Ana, la vida dio un giro, dejándolos sin entender cómo aquella mujer fuerte e independiente ahora requiere de cuidados y atención constante.

“Mi madre es una mujer divorciada, gracias a ella somos lo que somos. Ella luchó sola como una buena guerrera y de pronto verla tan indefensa, tan perdida en un mundo en el que no puedes entrar”, dijo Dávila.

La hija de Ana pensó que de alguna manera su madre, oriunda de Bolivia, estaba en menos riesgo de padecer esta demencia por ser hispana y porque no había incidencia de esta enfermedad en su familia.

“Cuando escuchas sobre el Alzheimer piensas que es una enfermedad entre los estadounidenses viviendo en este país, pero nunca piensas que te va a tocar a ti como hispano”, comentó.

Sin embargo, de acuerdo con estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los latinos son uno de los grupos más propensos a padecer Alzheimer.

“Los latinos son 1.5 por ciento más propensos a padecer Alzheimer que los blancos no hispanos”, dijo Dolores Gallagher Thompson, del Centro de Investigación sobre Vejez de la Universidad Stanford.

Esta prevalencia de la enfermedad entre los latinos no se debe a un asunto genético. Según el National Hispanic Council on Aging, condiciones como alta presión arterial y diabetes, que elevan el riesgo a padecer Alzheimer y otras demencias, predominan entre los hispanos.
 
Menos Diagnósticos

A pesar de que los latinos están entre los grupos con mayor riesgo a padecer Alzheimer junto con los afroamericanos, ambas comunidades étnicas están entre las que más tardan en ser diagnosticadas, de acuerdo con Gallagher Thompson.

Según investigaciones del Center on Aging Society (Georgetown University), los latinos son menos propensos a ir al médico para hacerse sus exámenes médicos de rutina, lo que afecta que se atiendan condiciones como la diabetes y la presión alta. Esto los pone en mayor riesgo de padecer Alzheimer u otras demencias y afecta el diagnóstico temprano de cualquiera de ellas.

Dávila, cuya madre fue diagnosticada hace cuatro años, sabía muy poco sobre el Alzheimer.

“El médico dijo que mi mamá tenía principios de Alzheimer. Nosotros estábamos asustados”, dijo la boliviana quien en ese momento comenzó su búsqueda en Internet para informarse sobre esta enfermedad que degenera las funciones cerebrales de quien la padece, afectando su memoria y su funcionamiento.

“Empezó repitiendo historias o se le olvidaban las cosas y pensábamos que era la vejez”, agregó Dávila.

Sin embargo en aquel entonces Ana solo tenía 61 años. Los diagnósticos de este tipo de demencia son más frecuentes entre las personas con más de 65 años.

Una de cada ocho personas mayores de 65 años padecen Alzheimer, de acuerdo con datos de la Asociación de Alzheimer de EE.UU.

El riesgo de padecer este mal aumenta cuando la persona tiene más de 85 años, entre los cuales el 45 por ciento padecen Alzheimer.

Dávila dice que los cambios en su madre se han dado de forma abrupta, lo que han hecho que poco a poco dejara de manejar o de ir al baño por su cuenta. Ahora no puede ni quedarse sola en la casa, asegura.

“Ella no te dice si tiene frío, si tiene hambre, no te dice ‘me duele’. Ella ya no te habla. Ella repite dos o tres palabras, ya no puedes tener una conversación con ella. Últimamente hay que darle la comida en la boca”, explicó la hija.

El reto se ha vuelto mayor para esta familia debido a la falta de servicios existentes para pacientes como Ana que no tiene los 65 años, uno de los requisitos del plan médico público Medicaid.

 “Ella no tiene ninguna ayuda médica, todo corre por el gasto de nosotros”, dijo Dávila.

Este año la familia espera que la situación sea diferente porque Ana cumplirá los 65 años y también los cinco años con su residencia permanente.

Entonces la familia buscará un centro de cuidado para que alguien la atienda durante el día.

“Mi hermano trabaja, yo trabajo y ella necesita ayuda las 24 horas, siempre dependemos de alguien que la esté mirando”, explicó Dávila.

“Es muy duro como latinos porque somos muy querendones, muy familiares, pero llega un momento en que tienes que tomar una decisión porque sabes que no puedes ayudar”, agregó.

Johanes Rosello escribió este artículo para Mundo Hispánico en Atlanta con apoyo del programa MetLife Foundation Journalists in Aging Fellowship, un proyecto de New America Media y el Gerontological Society of America.