El crimen es un asunto trascendental que debe resolverse en la ciudad de Oakland, sin embargo la ciudad no puede proporcionar el liderazgo para un departamento de policía efectivo. La más reciente pelota caliente política que involucra a la policía está en la crisis presupuestal.
Oakland enfrenta un gran déficit presupuestal, cerca de $100 millones, que debe cerrarse para el 30 de junio del 2009. El alcalde y el Administrador de
la Ciudad Dan Lindhiem propusieron una solución presupuestal que incluye el despido de 249 trabajadores de la ciudad, el cierre de oficinas burócratas y librerías, el mantenimiento de los parques y el aumento a las cuotas a los parques, recreaciones y estacionamiento.El aspecto más sorprendente fue el despido de 140 oficiales de policía. Mucha gente percibió el gran despido de la policía como una jugada de emergencia para que la cuidad calificara para una subvención de asistencia de la policía federal. Si la ciudad puede hacer que sus servicios parezcan estar en una situación apremiante, el gobierno federal otorgará a la ciudad hasta $23 millones; entre peor sea la situación, obtendrán más dinero.
Sin embargo, este juego político no hace nada para atender los miedos de los residentes de Oakland y dar algún tipo de seguridad a nuestra ciudad. Asustar a los residentes de Oakland quizá haga obtener más dinero a nivel federal pero causará un daño permanente al sentimiento de seguridad en nuestra ciudad.
El vacío de liderazgo está en lo más alto del departamento. Como pueden recordar, el Jefe Wayne Tucker renunció en enero y la oficina del alcalde prometió una búsqueda exhaustiva para encontrar un nuevo jefe. El Administrador de la Ciudad finalmente ha comenzado el proceso para encontrar un nuevo jefe de policía. Ahora bien, en mayo, se anuncia que han contratado a un consultor al cual pagan casi $300,000.00 para encontrar un nuevo jefe [de policía] para la ciudad. Es de hacerse notar, que no hubo ninguna discusión pública de los requisitos, políticas, dirección o algo relacionado con el trabajo. Esta importante decisión no debería tomarla solo un burócrata y un pequeño grupo con experiencia limitada.
Debe ser descorazonador para los oficiales de policía dispuestos a arriesgar sus vidas día con día para proteger a los ciudadanos de Oakland, tener una administración tan caótica y desenfocada. El problema con el departamento parece empezar con la falta de liderazgo civil y el equipo del departamento de administración. El departamento de policía está lleno de oficiales dedicados que llevan a cabo su trabajo diariamente. Parece que hay ausencia de liderazgo en la cima. Para tener una mejor ciudad, necesitamos un mejor líder.
Hasta que el alcalde y el concilio de la ciudad puedan dar un mejor liderazgo y dirección al departamento, los ciudadanos de Oakland estarán renuentes a apoyar el despido de 140 oficiales, reducción de los servicios policíacos y un incremento de los impuestos de la ciudad.
Así que durante esta búsqueda de oficiales de policía, es de vital importancia que haya una discusión pública del tipo de jefe que esta ciudad necesita. Esto no puede ser un proceso de toma de decisión aislado y burocrático. Debe incluir a los ciudadanos, asociaciones vecinales, profesionales de procuración de justicia, comercios y todos los demás que son afectados por los servicios policíacos o la ausencia de dichos servicios. Tomar esta decisión en de manera aislada y sin aporte público continuará con el desastre del crimen con el que nuestra ciudad lucha.
Clinton Killian es un abogado en el centro de Oakland, residente de Oakland, y antiguo Comisionado de Planeación. Se le puede contactar en el: (510) 625-8823 o en clintonkillian@yahoo.com.