El pasado 20 de noviembre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció una acción ejecutiva en beneficio de la población indocumentada en el país, esta orden ampara de la deportación entre 4.5 y 5 millones de inmigrantes indocumentados de los 11 millones que viven en el país. Dicha orden representa el mayor beneficio a favor de la población indocumentada desde la reforma migratoria del presidente republicano Ronald Reagan, en 1986, que permitió la legalización de 3 millones de extranjeros sin papeles, la mayoría de ellos de origen mexicano.
Al respecto, entrevistamos a Álvaro Vargas Llosa, periodista, escritor, autor y especialista en inmigración. También Senior Socio del Independent Institute basado en Oakland.
¿Cuál será el impacto de la acción ejecutiva anunciada por el Presidente Obama?
Va a depender mucho de cómo respondan los inmigrantes a ella, con esto me refiero a que si van a tomar la decisión de hacer una solicitud formalmente, en cuyo caso tienen que admitir por supuesto que estaban aquí en condición de ilegales y por no tratarse de un acuerdo o una de decisión irreversible, ni amparada en una ley y que podría variar en los próximos años, deciden más bien retraerse o contenerse y no hacer la solicitud. Será interesante ver cómo reaccionan los inmigrantes ante esto. Si lo hacen con plena confianza o bien con temor a que el próximo Congreso, que va a ser dominado completamente por los republicanos, tome acción contra ellos o eventualmente teman que la posibilidad del próximo gobierno, en manos del partido republicano, revierta la orden ejecutiva; en cuyo caso no vamos a ver a tantos inmigrantes hacer la solicitud.
El número de personas que podrían beneficiarse, es entre cuatro y cinco millones, más de la mitad de quienes se encuentran trabajando (de manera ilegal) en estos momentos, el total de la fuerza laboral indocumentada se estima en ocho millones. Si sumamos a los que no trabajan, estaremos hablando de unos 11 millones de personas residiendo ilegalmente en el país.
Recordemos que esto es una orden ejecutiva y no una ley, así que hay muchas amenazas en contra de que esto sea permanente.
Después de que el Presidente Obama declara la acción ejecutiva, ¿puede esperarse una ola migratoria?
Yo creo que esto no es cierto, porque la historia demuestra que así no es como funciona el mercado laboral en Estados Unidos. Por ejemplo entre el año 2010 y el año 2012 hubo más inmigrantes saliendo de Estados Unidos que entrando al país. ¿Por qué? Porque la recesión y las condiciones económicas del país no eran un incentivo para la inmigración. En cambio en años anteriores a la crisis (2003, 2004, 2005, 2006) había un ingreso de inmigrantes neto de más o menos de entre 300 y 500 mil y en algunos años superó los 500 mil. Esto lo que indica es que las fuerzas que mueven la inmigración no tienen que ver con la ley, tienen que ver con la demanda de trabajo.
En estos momentos va a continuar la dinámica que hay ahora, que es que no está creciendo la población de inmigrantes y, probablemente esta orden ejecutiva no va a impactar mucho el número de inmigrantes. Lo que va a impactar es la recuperación del mercado de trabajo. Debido a que el mercado de trabajo se ha recuperado un poco los últimos dos años, entonces hemos visto que la inmigración ha aumentado un poco en estos dos últimos años.
¿Hay alguna otra forma de arreglar el sistema de inmigración?
El problema básico es que hay un divorcio entre la ley y la realidad social, y la realidad social siempre va por delante de las leyes. Esta es una verdad como un templo, no solo lo hemos visto a lo largo de los años, sino de las décadas y de los siglos, que en Estados Unidos como en otros países, que la inmigración respondió a factores que no tenían que ver con la ley, a pesar de que (la ley) era un obstáculo, entonces en estos momentos claramente hay una ley que es completamente inadecuada, es una ley irreal. En la década del 2000 vimos una inmigración ilegal muy alta, era porque en esos momentos eso reflejaba el divorcio entre la ley y la realidad, ahora yo creo que el problema de largo plazo es que tenemos que adecuar la ley a la realidad y tenemos que tener una ley flexible.
Por ejemplo, en el supuesto de que legalicemos a 4 o 5 millones de personas, eso no implica resolver el problema de fondo, no solo porque quedan fuera la otra mitad de inmigrantes indocumentados, sino porque si el día de mañana las condiciones económicas y sociales mejoran significativamente en Estados Unidos no hay en estos momentos un mecanismo legal para absorber legalmente a una nueva ola migratoria. Entonces lo que vamos a tener es un aumento, en ese caso, del número de inmigrantes ilegales y ¿cuál es la consecuencia de eso? La consecuencia será que la orden ejecutiva que se acaba de dar no abra servido para nada.
Es decir, si digamos que en el mejor de los casos, 4 millones de inmigrantes se acogen a la orden ejecutiva, y si en los cinco o seis próximos años mejora lo económico y social en el país e ingresan otra vez entre 500 mil, 600 mil inmigrantes ilegalmente por año, vamos a ver al cabo de poco tiempo que el efecto se habrá revertido y entonces habrá que discutir en unos años más otra vez la posibilidad de una legalización.
¿Por qué Obama toma una acción ejecutiva en estos momentos?
Hay una razón evidentemente política y electoral. Ellos se han dado cuenta de que los hispanos les estaban causando problemas muy serios y esto se acaba de ver en las últimas elecciones. El porcentaje de voto hispano en relación con el total, fue más bajo el voto hispano de la elección presidencial donde fue reelecto Obama, y más bajo también que en la votación de las elecciones legislativas anteriores. Lo que significa que un porcentaje de hispanos se quedaron en su casa y no salieron a votar, un poco como para demostrar su desaprobación a Obama por este asunto. Si esto vuelve a ocurrir en el 2016 en un año que va a ser difícil para el candidato o candidata demócrata, puede terminar costándole la elección al partido demócrata. Entonces hay un sentido de alarma electoral muy importante que ha movido al presidente Obama a tomar esta decisión. Y él, ha hecho un cálculo hasta cierta forma inteligente, desde el punto de vista político, porque él ha dicho ‘vamos a obligar a los republicanos a tomar una decisión’. Si (los republicanos) impugnan legalmente esta medida, es decir si van a los tribunales para tratar de revertirla, se van a divorciar con el voto hispano, los republicanos están en un dilema muy complicado, están protestando, pero hasta ahora no se han atrevido a hacer nada porque están divididos y porque saben que hay un enorme riesgo de que los hispanos en el 2016 los castiguen.
Además, Obama quizás ha calculado lo siguiente, suponiendo que los republicanos si vayan a los tribunales, y en la eventualidad de que los tribunales decidieran que esta orden ejecutiva es ilegal, porque es inconstitucional, porque el presidente se está atribuyendo más poderes de los que tiene. En la eventualidad de que los tribunales decidan anular la orden ejecutiva, de todas formas Obama va a salir ganando ante el voto hispano, porque no habrá sido culpa suya, habrá sido culpa de los tribunales y el podrá decir siempre que la razón porque ‘yo lo hice, es porque el Congreso no me lo permitió’.
Esta acción políticamente lo beneficia y pone a los republicanos en una situación lógicamente complicada.
¿Cuál es el mensaje que se le da a la comunidad hispana?
El mensaje es positivo, porque a pesar de todo, a pesar de las dificultades, las adversidades, a pesar de la prolongación eterna de este problema, de todas formas se ha obtenido una victoria, es decir, que gracias a la movilización de la población hispana, a las señales que ha enviado, ahora el presidente se ha visto obligado a lanzar una orden ejecutiva que potencialmente puede beneficiar a casi la mitad de los inmigrantes que trabajan ilegalmente en el país. No es la solución ideal, está muy lejos de serla, pero es un paso adelante, y es un paso adelante que refleja una cosa y es que los hispanos necesitan seguir movilizándose muy activamente para lograr la victoria definitiva en esta causa.