Programa extraordinario revitaliza la vida de las personas de la tercera edad
Es miércoles por la tarde y hay una energía festiva en el Center for Elders' Independence (CEI) en Oakland. Un músico toca música latina mientras que las personas bailan, conviven o solo disfrutan de la música. Es un grupo mixto de hispanos y otros grupos étnicos quienes van al CEI todas las semanas para pasar un tiempo socializando y energizándose. La gente claramente está disfrutando del momento y el personal de CEI se asegura de que nadie quede sin participar. Antes de la pequeña fiesta, hubo una sesión de ejercicios dirigida por el personal de CEI, quienes realmente ayudan a participar a todos los asistentes de una manera cariñosa y comprensiva. Casi todas las personas de la tercera edad que asistieron a la sesión de CEI están en el Program of All-inclusive Care for the Elderly (PACE), programa que provee de servicios médicos y sociales completos que permite que las personas adultas con múltiples problemas médicos se mantengan viviendo en su casa en lugar de un hogar para ancianos.Hay más de 600 personas de la tercera edad en el programa PACE en CEI, el cual cuenta con cuatro centros en Oakland y en Berkeley. PACE ha sido un programa que ha cambiado la vida de muchos ancianos y de sus familias.
“Es una bendición”, menciona María Luz Accardo de Castro Valley. Ella llevó a su madre, Maria Mendez, al programa PACE y el programa ha hecho una gran diferencia en su vida.
“Cuando escuchamos sobre el centro, mi mamá no quería ir, menciona Accardo. “Estaba cansada todo el tiempo y no quería salir de su casa. Tuve que ir con ella el primer día y eso fue hace dos años. Ahora, ella está muy feliz y no quiere perderse ninguna sesión en el centro”.
Como muchas personas que trabajan y que tienen padres de la tercera edad, para Accardo le era difícil ayudar a su madre con sus necesidades médicas.
“Mi madre tiene artritis, y cuando hubo que hacerle cirugía en el corazón sabíamos que necesitábamos ayuda. Teníamos que hacer las citas y llevarla con el doctor, además de ayudarla con sus medicamentos y todos en la familia trabajan – es difícil”.
PACE, ha hecho una gran diferencia en la vida diaria de Accardo y su madre.
“Ella va dos veces a la semana y no tiene costo para nosotros o para ella. Ellos van por ella y la traen de regreso a la casa. También la llevan a las citas con el doctor e incluso hacen sus citas”.
Nicolás Regalado, 86, residente de Oakland y originario de Jalisco, México. El bailó y disfrutó de la reunión del miércoles en el CEI. Fue la hija de Regalado quien sabía sobre CEI y ella lo llevó al centro.
“Vengo al centro los miércoles y viernes alrededor de cinco horas cada día”, menciona. “Mi familia no tiene que estar preocupados de nada, el personal realmente me cuida bastante bien”.
Maria Mendez, 88, residente de Oakland llegó al centro después de una cirugía en el corazón. La actividad y la comunidad de PACE ha renovado su vitalidad y energía.
“Antes de la cirugía no me sentía nada bien, los doctores no tenían mucha esperanza”, menciona. “Pero mi hija me trajo a CEI y ahora me siento muy bien. Me siento como si estuviera en familia, el personal se encarga de todo”.
Agatha Lovato, 87, fue referida al CEI por una amiga. Lovato sabía que necesitaba ayuda porque no encontraba interés en la vida.
Lovato vive sola y le gusta socializar. Las actividades del centro la mantienen ocupada.
“Vengo dos días a la semana y hablo con todos, nos sentamos juntos y disfrutamos del almuerzo. Antes estaba deprimida pero aquí nos divertimos bastante, bailamos y cantamos”.
En su casa, Lovato se mantiene muy ocupada.
“Me gusta bailar y que me visiten mis amigos”, menciona. “Me siento viva, no más nerviosismo”.
A pesar de que la fuente de la vida es solo una leyenda, Lovato y otros miembros de PACE son prueba de que la comunidad y la actividad física puede renovar la energía de la vida. Mucha gente no se sentía energizada o feliz antes de que se involucraran en el programa. Es un recordatorio positivo para todos nosotros.