El momento de levantarse de la cama para comenzar un nuevo día de escuela o trabajo representa, sin lugar a dudas, una de las situaciones más difíciles del día, sobre todo si la mañana se
presenta con lluvia o temperaturas poco agradables.
Debido justamente a esa necesidad de juntar fuerzas que experimentan tanto grandes como chicos, el desayuno puede ser el mejor “remedio”. Considerado uno de las cuatro comidas diarias más importantes –aunque en algunos casos los especialistas recomiendan, además, realizar dos infusiones diarias: una a media mañana y otra entre la merienda y la cena-, el desayuno constituye, para algunos, el momento más importante del día, ya que los alimentos ingeridos serán los responsables de proveer la energía necesaria para comenzar la jornada.
Un desayuno completo, la clave para comenzar el día con energía
Un desayuno equilibrado contribuye a un aporte más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo. Recuerde en aprovechar el desayuno familiar para comentarle a los niños la importancia de cada alimento y descubrir cuáles son los que ellos más disfrutan.
Los hábitos alimentarios deben ser inculcados por los padres desde que los chicos son pequeños. Lo fundamental es que el niño realice cuatro comidas diarias, y que cada una sea completa, a fin que le aporte los nutrients necesarios para su crecimiento y desarrollo.
Uno de los pilares básicos de una alimentación saludable es realizar las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena; es ideal que entre cada ingesta pasen entre tres y cinco horas para que el metabolismo se active y no genere más reservas grasas de las necesarias. Por eso en algunos casos se necesitarán una o dos colaciones saludables: lácteos descremados, vegetales o frutas. ¡Buen provecho!