Las personas de origen latino, asiático y afroamericano son el segmento de la población de la tercera edad que más rápido está creciendo en los Estados Unidos. Está proyectado que el número de minorías de la tercera edad aumente en un quinientos porciento [de cerca de 6.4 millones en 2003 a 34.7 millones para el 2050]. Los asiáticos e hispanos tienden a tener una esperanza de vida más alta a mayor edad: A la edad de 65 años, se espera que los hombres asiáticos e hispanos vivan 19 años más, dos años más que los hombres blancos; a la edad de 65 años, se espera que las mujeres asiáticas e hispanas vivan 23 años más, tres años más que las mujeres blancas.
Las realidades de una población que envejece fueron el tema de la discusión entablada por proveedores de servicios de salud, abogados de las personas de la tercera edad, legisladores influyentes y un grupo de ancianos que recientemente se reunió en el Foro de Políticas de Salud para Personas de la Tercera Edad del Área de la Bahía en San Francisco a fin de abordar la crisis de salud del estado y los retos que enfrentan las personas de la tercera edad de la bahía.
“La población de California que cuenta con más de 65 años está creciendo rápidamente y se duplicará en los próximos 25 años, mientras que la red de seguridad se está erosionando rápidamente debido a la recesión y a una menor aportación de dinero de parte del gobierno federal”, señala Peter Szutu, Director Ejecutivo del Centro para la Independencia de Ancianos. “El Foro de Políticas de Salud para Personas de la Tercera Edad del Área de la Bahía fue diseñado para fortalecer nuestras habilidades de resolución, conocimiento y abogacía en este desalentador ambiente económico y político y, finalmente, juntos, fortalecer la red de seguridad para los ancianos de California”.
Además de las crecientes necesidades de las personas mayores de origen afroamericano e hispano, se encuentran sus altas tasas de discapacidades: Entre la población de 65 años y edades superiores, cerca del 53% de personas afroamericanas reportaron tener por lo menos una discapacidad en el año 2000, así como el 49% de hispanos, el 41% de asiáticos y el 40% de personas blancas no hispanas.
“No muchos latinos vienen al centro (Centro para la Independencia de Ancianos)”, señala Szutu. “Sin embargo, estamos contratando más trabajadores biculturales y estamos trabajando en aumentar nuestra capacidad para brindar un mejor servicio a la comunidad hispana”.
Szutu enfatiza la importancia del apoyo de parte de familiares, la iglesia y los vecinos para los ancianos que quieren ser independientes y permanecer en casa.
“Especialmente en la comunidad latina hay más cohesión familiar y eso es una gran fortaleza cultural”, señala.
“Eso es bueno porque el apoyo del gobierno se está erosionando y si el apoyo familiar no existe, será muy difícil”.