Mon24Nov2008

Come “light” sin recurrir a los alimentos “light”

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Cuando lo que se trata es de rebajar unos pocos kilos o mantener el peso, los alimentos ligeros deben utilizarse con moderación, porque hay otras alternativas más sanas, más baratas e igual o más eficaces.

Los llamados alimentos dietéticos no significan que tengan un menor aporte calórico, sino que sus componentes se han modificado. Es decir, que en su composición se han utilizado más minerales, o proteínas, menos hidratos de carbono o menos azúcares.

 

Por lo general, un 30 por ciento menos de calorías en un determinado producto lo hace susceptible de entrar en la categoría de ligero, pero esta norma no siempre se aplica y da lugar a “trampas”: productos con menos grasas pero con más hidratos de carbono que su equivalente no “light”, lo que supone en realidad un mayor aporte calórico, azúcares que se sustituyen por edulcorantes artificiales, en algunos casos nocivos para la salud, etc.
Otra creencia generalizada es que como estos productos no engordan se puede tomar el doble de ellos, lo que no hace más que aumentar la ingesta de calorías.

Una persona necesita una ingesta diaria de entre 2,000 y 2,500 kilocalorías, dependiendo de su edad, constitución, actividad física, etc. Y esta cantidad de kilocalorías se pueden obtener sin pasar hambre ni recurrir a los alimentos llamados ligeros.

El peso ideal de cada persona no obedece a las modas del momento. Responde a una serie de muchos factores - tales como la constitución, la herencia, la edad, el estado general de salud, etc.- que debe evaluar un profesional antes de establecer el regimen alimenticio que más conviene a cada uno.
Comer ligero sin recurrir a los alimentos “light” es realmente fácil, y económico: lácteos bajos en grasas, carnes magras, pescados, pocas o ninguna salsa (dressings), guarniciones ligeras, frutas y verduras de temporada, legumbres, pastas.

En realidad se puede comer prácticamente de todo, siempre que sean productos naturales y estén cocinados con poca o ninguna grasa.

Naturalmente se puede comer de todo, pero habrá que reducir la ingesta de azúcares, grasas, alcohol, etc., para mantener una alimentación “light”.
La alimentación ligera no debe ser un “sacrificio” que se inicia antes de las vacaciones para poder lucir una figura más atractiva en la playa y la piscina, o que se asume como “penitencia” tras las grandes comilonas de fiestas como la Navidad.

En realidad, la alimentación “light” es para siempre, una alimentación para todos los días. La buena noticia de un regimen ligero es que el organism –que es muy sabio– se acostumbra rápidamente a recibir alimentos sanos y naturales, y al cabo de un tiempo rechaza, con malas digestiones, pesadez y dolores de cabeza, aquellos que no contribuyen a su salud y bienestar.