Un plan de atención médica ilimitado, sin deducibles, con medicamentos, análisis, rayos X, lentes e incluso atención dental gratuitos; todo por un pago único de $250 dólares o menos al año.
Para obtenerlo, sólo tendría que mudarse a México.
Mientras en Estados Unidos se debate una revisión del sistema de salud, miles de estadounidenses retirados en México han encontrado tranquilamente una solución por su propia cuenta al registrarse en el plan de atención médico que opera el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El sistema tiene fallas, las instalaciones no cuentan con tecnología de punta, y puede que no dure mucho tiempo ya que el gobierno mexicano ha señalado en un informe reciente que el gasto monetario es “notorio”. Sin embargo, por ahora, los estadounidenses jubilados aseguran obtener una ganga.“Fue una de las razones principales por las que me mudé aquí”, señala Judy Harvey de Prescott Valley, quien ahora vive en Alamos, Sonora. “No podría costear los gastos de atención médica en los Estados Unidos. … En mi opinión, este es el mejor sistema que existe”.
No se sabe a ciencia cierta cuántos estadounidenses utilizan el IMSS, pero debido a que entre 40,000 y 80,000 jubilados viven en México, el número probablemente asciende “a miles”, asegura David Warner, un profesor de políticas públicas en la Universidad de Texas.
“Nos atienden muy bien”, asevera Jessica Moyal, de 59 años de edad, de Hollywood, Fla., quien ahora vive en San Miguel de Allende, México, ciudad popular para los estadounidenses.
El plan del IMSS está diseñado principalmente para apoyar a los contribuyentes mexicanos que han estado pagando al sistema durante décadas, y los funcionarios señalan que no quieren ser invadidos por extranjeros caza-gangas.
“Si empezaran a invadir aquí por esa razón, no sería sustentable”, señaló Javier López Ortiz, director del IMSS en San Miguel de Allende.
Las condiciones preexistentes no están cubiertas durante los dos primeros años, y algunos medicamentos e implantes nuevos no son gratuitos. Los hospitales del IMSS no cuentan con lujos como televisiones o teléfono en la habitación y regularmente se requiere que los pacientes traigan a familiares para ayudarlos a bañarse y a hacer otras tareas no médicas. La mayoría de los doctores y las enfermeras hablan solamente español y el saturado sistema jurídico de México no proporciona mucha asistencia si algo sale mal.
Pero la atención médica no cuesta ni un centavo después de pagar la cuota anual, y es usualmente buena, señalan jubilados y expertos en salud. Warner asegura que la mayoría de los jubilados estadounidenses se inscriben en el IMSS como una forma de seguro económica en caso de emergencias médicas, aunque acuden a médicos privados o viajan a los Estados Unidos para cuidados médicos menos urgentes. Medicare, el plan estadounidense de seguro médico para los jubilados no puede ser utilizado fuera de los Estados Unidos.
El IMSS es uno de varios sistemas de salud pública en México, cada uno con su propia red de hospitales y clínicas. El programa, fundado en 1943, es financiado por una combinación de deducciones de la nómina, contribuciones de los empleadores y fondos gubernamentales. Dicho programa cubre a 50.8 millones de trabajadores.