Hoy en día los hispanos componen el 22 por ciento de todos los niños menores de 18 años en los Estados Unidos (arriba del 9 por ciento en 1980) y mientras sus números han crecido, su perfil demográfico ha cambiado.
Una mayoría (52 por ciento) de los 16 millones de niños hispanos de la nación son ahora de “segunda generación”, lo que significa que son los hijos o
hijas nacidos en Estados Unidos de por lo menos un padre extranjero, generalmente alguien que vino a este país en la ola de inmigración desde México, Centroamérica y Sudamérica que comenzó alrededor de 1980. Un 11 por ciento de los niños hispanos son de “primera generación”, lo que significa que nacieron en un país extranjero. Además un 37 por ciento son de “tercera o más elevada generación”, lo que significa que son niños nacidos en Estados Unidos de padres nacidos en Estados Unidos.En 1980, sólo tres de cada diez niños latinos eran de segunda generación, mientras que cerca de seis de cada diez eran de tercera o más elevada generación. Estos cambios son notables ya que muchas características sociales, económicas y demográficas de los niños latinos varían bruscamente por su estatus generacional. Un análisis del Pew Hispanic Center de datos de la Oficina de Censo de los Estados Unidos descubrió que es menos común que los niños latinos de primera y segunda generación dominen el inglés y que sus padres hayan completado la secundaria, en comparación con los niños de tercera o más alta generación. Es más común que vivan en la pobreza. Sin embargo, es menos común que ellos vivan en hogares con un solo padre en contraste con los niños de tercera o más elevada generación.
Otra característica que separa a los niños latinos además de sus líneas generacionales es su estatus legal. Basado en investigaciones anteriores, el Pew Hispanic Center estima que el 7 por ciento de todos los niños hispanos son inmigrantes no autorizados. Pero esta proporción varía ampliamente por el estatus generacional. Dos tercios de los 1.7 millones de niños hispanos nacidos en el extranjero son no autorizados, mientras que ninguno de los 6 millones de niños hispanos de tercera o más elevada generación es ilegal (ya que los niños nacidos en Estados Unidos de padres nacidos en Estados Unidos son por definición ciudadanos americanos al nacer). Con respecto a aquellos que se encuentran en el medio (la segunda generación) aproximadamente cuatro de cada diez tienen por lo menos un padre inmigrante sin autorización y por lo tanto viven en una familia cuyo estatus de inmigración está legalmente combinado.
Las proyecciones de la Oficina de Censo de los Estados Unidos indican que para el 2025, cerca de tres de cada diez niños en este país será de ascendencia latina. Este reporte presenta conclusiones de varios análisis existentes y nuevos realizados por el Pew Hispanic Center de datos de la Oficina de Censo de los Estados Unidos.