Thu18Aug2011

El sueño que se fue

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Michael Lawson y Kat Aaron/Allen Meyer, New America Media Print Email

Seguimiento a la tendencia de promover que la gente sea dueña de su propia casa ---  

Sinopsis: Desde 1995 el gobierno federal ha gastado cerca de $40 mil millones de dólares y facilitado trillones de dólares en valor en garantías de seguros a los prestamistas, a fin de promover que la gente sea dueña de su propia casa, especialmente en las comunidades de color. A través de las décadas, la inyección de dinero incrementó  ligeramente los índices del número de dueños de casa, pero la crisis de embargos a nivel nacional está mermando todo lo anteriormente ganado.

Cronología de la promoción de ‘ser dueño de su propia vivienda’

1995
El objetivo de la Estrategia Nacional Dueño de su Propia Casa del presidente  Bill Clinton fue crear ocho millones de nuevos dueños de casa para el 2000 a través de una “inaudita colaboración de organizaciones de la industria inmobiliaria tanto públicas como privadas”. El programa iba a “ayudar a familias de ingreso moderado, quienes pagaban altas rentas pero que no habían podido ahorrar lo suficiente para el pago de un enganche; ayudar a personas de bajos ingresos; familias trabajadoras quienes están listas para asumir responsabilidades de ser dueño de casa pero para quienes ha sido difícil por los costos de las hipotecas que están fuera de su alcance; (y) ayudar a familias quienes históricamente han sido excluidas de ser dueñas de sus propias casas”.
En 1995 durante la ceremonia anunciando el plan, la retórica de Clinton fue casi metafísica: Las viviendas eran más que ladrillos y morteros. Eran una parte intangible de la promesa de América.
Ese mismo año, el Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda produjo un informe de política urbana en el que le dio un vistazo a los pros y contras de ser dueño de casa. El ser dueño de su propia casa podría ser clave para construir riqueza, pero familias de bajos ingresos y familias de las minorías eran particularmente “vulnerables a los reveses económicos que pueden resultar en perdida de trabajo y, eventualmente, en embargo”.

1999
Ameriquest fue el primer prestamista ‘subprime’ en tener sus préstamos financiados por Fannie Mae.
En 2006, el prestamista pionero de los préstamos ‘sin documentos’ eventualmente llegó a un acuerdo de $325 millones por cargos criminales por ofrecer préstamos predatorios. Ameriquest cerró en 2008.

2002
En el 2002, la administración había cambiado de manos, pero el lenguaje del sueño Americano era aún muy fuerte.
"Debemos empezar a cerrar esta brecha en que las personas no son dueñas de su propias casas por medio del desmantelamiento de las barreras que impiden a las minorías ser dueñas de un pedazo del sueño americano”, dijo el Presidente George W. Bush. Construyendo sobre el objetivo de Clinton de hacía siete años, Bush estableció crear 5.5 millones de nuevos propietarios de casa dentro de las minorías para finales de la década.

De 2002 a 2006, la administración gastó $412 millones de dólares en su Iniciativa de Enganche del Sueño Americano para ayudar a compradores de casa por primera vez con costos asociados a los enganches. Y más de $440 miles de millones fueron comprometidos para Fannie Mae, Freddie Mac y otras agencias hipotecarias respaldadas por el gobierno, cuyo objetivo era hacer los préstamos disponibles a dueños de casa de las minorías.

Los prestamistas hipotecarios se subieron al tren, ofreciendo préstamos sin control a las comunidades de color – sin importar que los préstamos eran muchas veces de alto costo y saturados de términos como recargos muy altos por falta de pago e intereses ajustables que los convertían (a los préstamos) en bombas de tiempo.   

2003
Angelo Mozilo, director del prestamista hipotecario Countrywide Financial, explicó el propósito de su compañía:
"Queremos hacer que el sueño Americano de ser dueño de casa sea algo tangible – algo en lo cual la gente pueda hacer algo más que aspirar. Queremos demostrar que nuestra compañía puede y podrá tener éxito al ofrecer préstamos de casa a las familias trabajadoras – de todas las razas y de todos los orígenes étnicos”, dijo Mozilo
Mozilo también jugó un papel definitivo en la crisis financiera: Su compañía hizo cerca de $100 miles de millones en préstamos ‘subprime’ entre el 2005 y 2007, más que cualquier otro prestamista. Mozilo pagó $67.5 millones a la Comisión de  Valores y Bolsa en 2010, a fin de finiquitar los cargos de la práctica ilegal de venta o compra de acciones en Bolsa con información privilegiada, engaños a inversionistas y violación de regulaciones.

2005
A pesar de que nadie lo sabía en ese momento, 2005 marcó el record de dueños de casa. El porcentaje nacional de dueños de casa fue de 69 por ciento. Alrededor del 76 por ciento de estadounidenses blancos eran dueños de casa, en comparación con el 49 por ciento de afroamericanos y el 48 por ciento de hispanos.

2008
Barack Obama hizo referencia al sueño Americano en su primer discurso como presidente en Grant Park, Chicago el 6 de noviembre de 2008.
“Este es nuestro momento”, dijo. “Este es nuestro tiempo de poner a nuestra gente de nuevo a trabajar y abrir puertas de oportunidades para nuestros hijos; de restaurar la prosperidad y promover la paz; de recuperar el sueño americano…”

2009
Un año después, Obama invocó el sueño nuevamente – tres veces en un solo discurso – en ese entonces, dentro del contexto de la explosión de embargos. Al mismo tiempo que anunciaba la creación de un plan de $75 mil millones de dólares para hacer frente a la crisis inmobiliaria, mencionó que “el sueño americano ha sido puesto a prueba por la crisis hipotecaria que no solo amenaza la estabilidad de nuestra economía sino que también la estabilidad de familias y vecindarios”.

2011
A pesar de más de quince años de compromisos con el sueño americano, casi todo lo ganado en el número de dueños de casa desde que Clinton lanzó su plan ha sido perdido. Casi una cuarta parte de los estadounidenses deben más en sus préstamos hipotecarios de lo que sus casas valían en el primer trimestre del 2011. Para los prestamistas que se encuentran debajo del agua, sus viviendas no están generando riqueza, más bien es una fuga (de riqueza). Menos estadounidenses son dueños de casa ahora que en 1998.