Tue09Dec2008

Dependencia de EU en el petróleo extranjero: Porque no deberíamos alarmarnos

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Ivan Eland Print Email

Generalmente los políticos transforman el miedo de los electores en votos. El presidente Bush probó ser un experto en lo anterior con su éxitosa reelección del 2004. La mayoría de los presidentes que no obtienen el voto popular de los electores en el primer intento

no obtienen una segunda oportunidad, no obstante el temor llevó a Bush hasta la cima en el 2004.

En las elecciones de 2008, los precios del petróleo son elevados y los candidatos a la presidencia de ambos partidos tratan de llegar a la Casa Blanca manipulando el temor relacionado con la dependencia de EU con el petróleo procedente del extranjero. Tanto Barack Obama como John McCain parecen pensar que esta dependencia es algo malo, y el público norteamericano se muestra sinceramente convencido de ello. Debido a que casi todo el mundo coincide (a excepción de muchos economistas) en esta dudosa proposición, el debate que se genera en torno al elevado precio del petróleo y lo que se debe hacer al respecto degenera desde el principio.

Los hechos indican que los  precios del petróleo son elevados debido a estándares históricos (aunque al momento de escribir este artículo los precios del petróleo  han disminuido de su nivel máximo y los medios han brindado una menor cobertura a esta disminución, en comparación a su reacción cuando el precio se disparó) y Estados Unidos importa cerca de dos tercios del petróleo que consume.

Sin embargo, en el mundo globalizado Estados Unidos es altamente dependiente en las importaciones de muchos insumos y productos importantes, por ejemplo, los semiconductores. El comercio internacional permite que las compañías y el público estadounidenses tomen ventaja del mercado mundial para obtener mejores bienes a precios más reducidos. En consecuencia, cuando los políticos generan temores en torno a la dependencia de EU con el petróleo extranjero, están argumentando implícitamente que el petróleo es un tanto especial.

Se puede decir que el petróleo es estratégico sólo en el sentido estricto en que sus derivados permiten el funcionamiento de los tanques, aviones, navíos, helicópteros y demás vehículos que la milicia estadounidense usaría durante una guerra (lo mismo sucede con los semiconductores). Pero Estados Unidos produce anualmente cerca de 1.8 miles de millones de barriles de crudo, casi 13 veces la cantidad que la milicia estadounidense usó durante el punto más elevado de su consumo en las últimas guerras simultáneas en Iráq y Afganistán (144 millones de barriles por año). En consecuencia, hay una cantidad suficiente de petróleo que se produce internamente para que operen las instancias militares de EU en épocas de guerra.

Pero conviene preguntarse, ¿que sucedería si la guerra aconteciera en la volátil región del Golfo Pérsico? EU sólo obtiene 21 por ciento de su petróleo del Golfo Pérsico. La mayor parte viene de Canadá, México Nigeria y Venezuela. Claro está que una guerra en cualquier región del mundo provocará un incremento en el precio del petróleo. No obstante cerca de 80 por ciento de las importaciones de semiconductores provienen del Este de Asia, y los medios no difunden historias con una postura histérica respecto a los aumentos en el precio de los semiconductores, o en la horrible dependencia de EU en los semiconductores que provienen del Este de Asia. Además, los políticos no comentan nada relacionado con el uso de la milicia de EU para salvaguardar estas provisiones que vienen del Este de Asia.

Al menos algo es seguro: es un mito el afirmar que es malo depender del petróleo importado. Una forma en la que podemos sorprender a los políticos que continúan insistiendo en esta tontería, es realizarles la siguiente pregunta: si el petróleo es tan crítico y su valor aumentará en la misma medida que las reservas mundiales disminuyan en el futuro, ¿no deberíamos empezar a utilizar ya el petróleo proveniente de otros  países y dejar que el gobierno estadounidense haga lo necesario para que nuestra producción limitada sea conservada para usarla o venderla (nuestra producción) conforme empeoran los faltantes de crudo y los precios futuros se incrementan todavía más?

Desde luego, esta tampoco es la mejor receta. En vez de ello debemos tratar al petróleo como a cualquier otro producto y dejar que el mercado proporcione amplios suministros al menor costo al consumidor.

Ivan Eland es Director del Centro para la Paz y Libertad en el Independent Institute. Es autor de los libros, The Empire Has No Clothes: U.S. Foreign Policy Exposed, and Putting “Defense” Back into U.S. Defense Policy.